Tercera parte

De Florencia, la ciudad del Renacimiento y del Humanismo, donde se respira arte por todos los lados con sus historias, aprovechamos la oportunidad de pasar 3 horas embarcados en un “Diablo” que llaman Tren Ítalo, el de alta velocidad. Con horarios precisos. Si no estás al ahora indicada te deja el Diablo Ítalo.

A medida que nos acercábamos a Venecia, se nos presentaban islitas e islitas como repetidas de 80 a 90 islas antes de llegar. Ese territorio tiene 118 islas, todas conectadas.

Al llegar a la estación nos apeamos en un bus-barco colectivo para que nos llevara a la estación San Lorenzo. Ese Vaporeto nos condujo como en media hora por el canal principal, de lado a lado y de orilla a orilla, llegando a las  diferentes estaciones, dejando y recogiendo  pasajeros, y al fin llegamos a la estación indicada y como a 30 metros  se encuentra el Hotel Granda Sweet Suites. No tiene avisos y el nombre del lugar está muy pero muy pequeño. Tienes que mirar bien una puerta grande de 3 metros. Todo es por código QR y no hay personas ni de día ni de noche que atiendan. Sigan los códigos QR y así te guías y  te  indican el lugar de la habitación y para entrar tienes que tocar 3 veces y lo mismo para salir del Hotel.

Estando ya en la suite  me acordé mucho del seminario sobre Marx, que nos dictó el profesor Rubén Jaramillo Vélez en Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia, cuando nos disertaba sobre el origen de El Capital. De la compra y venta de las mercancías y siempre nos hacia el énfasis que Venecia era la capital burguesa del mundo por sus movimientos de tantos intercambios  de mercancías entre oriente y occidente.

Venecia era el lugar obligatorio de todos los barcos de entrar y salir obligatoriamente… Era un mercado que ardía.

Shakespeare, el genio de lo humano demasiadamente humano

También recordé la lectura de la comedia El Mercader de Venecia (1594-1597) del escritor William Shakespeare.

Argumenta una historia de la verdad de la conocida máxima jurídica “ Summum ius  Summa iniuria” esto es, que un derecho innegable puede provocar una injusticia rechazable cuando, al respetarse escrupulosamente se violan otros derechos.

Este es el tema entorno el cual giran las actividades de todos los personajes. Así , el padre de Porcia tenía derecho a cuidar a su hija, pero no a imponer sus caprichosas decisiones; Antonio obra bien al pedir prestado para su amigo, pero no tenia derecho a comprometerse a pagar esa deuda con su pellejo; el judío Shylock tenia derecho, según lo convenido, a cortarle a Antonio una libra de carne de su cuerpo pero no a derramar su sangre; está en su derecho el tribunal al no acceder a la petición del judío pero comete una injusticia cuando le obliga a renegar de su religión para convertirse al Cristianismo; es licito que Jessica ame a lorenzo pero no que robe a su padre. Y así sucede con todos los demás. La generosidad del autor se muestra en su habilidad para entretejer sabiamente 4 argumentos:

El pleito entre Antonio y el judío, Los amores de Bassanio hacia Porcia en competencia con poderosos pretendientes, El idilio entre Lesiano y Nerissa, y, por último, la huida de Jessica con Lorenzo. Se trata de desembocar en un final feliz y para ello, el gran recurso dramático va a hacer unir lo separado.  (William Shakespeare. Comedias. Obra completa (2019) ).

Shylock y Antonio uno el judío y el otro cristiano. El judío es una figura que emerge con luz propia. Es un personaje que está  pintado para suscitar sentimientos antisemitas y al final estas argucias y malas artes del judío se vuelven contra él y le impiden ejercer el derecho legítimo que ostentaba. De todos modos, tras de este judío hay un ser humano que siente o padece como cualquier mortal. Es su igualdad como ser humano con los cristianos lo que Shylock reclama en el juicio.

Podemos concluir que Shakespeare es “el inventor de lo humano” -dice Harol Bloom. O el inventor de almas modernas parrafeando a Fernando Savater y Sara Torres en  Aquí viven leones (2015).

Mauro Maroni, italiano genuino de Venecia, esposo de la prima Leyla Garizao nos llevó a conocer los lugares históricos- artísticos con sus respectivos canales y a degustar la comida genuina veneciana Mozzarella In Carroza y después Rissotto di pesce. Su histórica librería y la majestuosa Plaza De San Marcos con su catedral Medieval la Basílica de San Marcos dándonos la bienvenida.

A Mauro  Maroni  le pedí que nos acompañara al café más viejo del mundo: Florian, donde nació el café express. Pedimos uno cada uno y nos costó 40 euros los 4. Le pregunté al mesero que de dónde era ese café y me espetó: Dalla Colombia il migliore al mondo.

Es el café más caro del mundo que he consumido, pero estaba en la Plaza de San Marcos.