Crisis en la salud: la tragedia del desabastecimiento
Colombia enfrenta una de las crisis más graves en su sistema de salud, y el desabastecimiento de medicamentos se ha convertido en una tragedia silenciosa para millones de familias. Pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, cáncer o condiciones autoinmunes no están recibiendo a tiempo sus tratamientos, lo que pone en riesgo su vida y puede agravar seriamente su estado de salud.
Hoy todas las EPS, sin excepción, están atravesando un momento complejo. Muchas enfrentan una profunda falta de recursos por parte del Gobierno Nacional, lo que afecta su operación diaria. Pero también hay que decirlo claramente: si alguna EPS no cumple con su deber de manera eficiente y transparente, debe ser sancionada. No podemos aceptar que los errores administrativos o la falta de compromiso sigan afectando el derecho fundamental a la salud.
El intento de imponer una reforma a la salud por vía de decretos, sin diálogo ni consenso, solo ha generado más incertidumbre. El sistema se debilita con cada autorización que se retrasa, con cada paciente que no logra acceder a un especialista, con cada trámite que se convierte en un viacrucis. La salud no puede seguir atrapada entre la ineficiencia estatal y la desorganización de algunos actores privados.
Mientras tanto, el personal médico sigue trabajando en medio de la incertidumbre. Muchos profesionales de la salud no reciben sus pagos a tiempo, y las condiciones laborales empeoran cada día. ¿Cómo pretendemos que funcione un sistema de salud donde quienes cuidan a los colombianos no tienen garantizados sus derechos básicos?
Desde el Congreso, insto a mis colegas de la Comisión Séptima del Senado a seguir defendiendo la institucionalidad del país, a construir sobre lo construido y a no permitir que una reforma basada en ideología y no en criterios técnicosterminen de destruir lo poco que aún queda del sistema de salud. Colombia necesita soluciones serias, responsables y realistas, no apuestas improvisadas que arriesguen la vida de millones de colombianos.
Por eso, reitero el llamado urgente al Gobierno Nacional para que rectifique el rumbo. No más parches, no más imposiciones ideológicas. La salud no puede ser un experimento. Necesitamos soluciones reales, construidas con los pacientes, los médicos, las EPS y todos los actores del sistema. Colombia merece una política de salud seria, eficiente y, sobre todo, humana.