"La visa sirve para presionar magistrados y es un chantaje institucional": Samper
“Duré 25 años sin visa y no la volví a pedir, hice un juramento de no pagar un solo peso ni un solo tipo de gestión para que me la devolvieran. Regresé a Nueva York cuando fui secretario de Unasur”, anotó.
El expresidente Ernesto Samper Pizano contó este lunes su experiencia de vivir sin la visa americana, a propósito de la polémica que existe sobre el retiro de las visas a magistrados de las altas cortes.
Estados Unidos le quitó la visa a Samper en el año 1996 siendo Presidente de Colombia.
En un diálogo extenso con Vicky Dávila de la W Radio, Samper Pizano contó lo que vivió frente al tema del retiro del visado, la droga en el avión presidencial y reveló que tuvo hasta una pastilla de cianuro en el bolsillo de atrás de su pantalón por si algo le pasaba.
"Fue en el año 1996, el 13 de junio me absolvió el Congreso de la República de los cargos que me habían venido haciendo sobre la eventual participación mía en la financiación de mi campaña, que después se aclaró totalmente no solamente por el Congreso sino por la Corte Suprema y por la misma Fiscalía. Yo estaba en mi despacho, más tarde, el 11 de julio, cuando me llamó Darío Arizmendi y me dijo 'anda fuerte un rumor de que le van a quitar la visa' y yo le dije 'hombe, no creo que se atrevan' y después llegó Juan Mesa, que entonces era mi secretario privado, y me dijo que el Embajador Fletcher , con el cual no tenía muy buenas relaciones, anda diciendo que quiere verlo urgente porque a él en este momento le gustaría estar en la China. Ahí yo me di cuenta que algo grave debía venir hasta que finalmente salió la noticia desde Washington. En ese momento, me volvió a abordar Juan Mesa y me dijo que le digo al Embajador , dígale que a mí me gustaría que no estuviera en la China sino en la mierda", relató Samper, quien despues dijo envió un mensaje subliminal de lo que vivía a los deportistas que competírían en los Olímpicos de Atlanta, les dije que "corrieran por Colombia y que no necesitaban permiso de nadie para hacer quedar bien al país".
Dijo que el antecedente previo a esto fue que el ministro de Justicia de la época, Carlos Medellín le contó que había sido citado por Janet Reno para decirle que iban a solicitar la extradición de los narcotraficantes de Colombia empezando por los Rodríguez. "En esa época no había extradición", añadió. "Yo le dije huy, Carlos, creo que están preparando alguna guillotina", dijo.
"Qué era lo que ellos pensaban, que al quitarme la visa quedaba inválidada la decisión de la justicia colombiana, que se había tomado en el Congreso en la Cámara de Representantes y yo quedaba como decían mis enemigos: la muerte política mía y resultó al revés".
Cuenta el expresidente que se dijo: "me la quitan por razones políticas, ya el problema de si voy o no voy a Disneyworld, después de ser presidente lo arreglaré más tarde; pero yo no le voy a dar la connotación que ellos quieren ni me voy ahora a suicidar por cuenta de no tener visa a Estados Unidos, incluso me llamó me dijo Felipe que estaba en España y me dijo: papá no te preocupes que acá en París también hay Disneyworld, por eso no te preocupes".
Samper relató que al día siguiente fue a Chaparral a una manifestación y dijo la frase famosa: "Yo no necesito visa para venir a Chaparral". Después en la tarde fue a Ipiales, "es la primera vez que yo he visto cómo queman banderas de Estados Unidos".
En esa oportunidad manifestó que "iría a las Naciones Unidas en septiembre a denunciar la intervención de los Estados Unidos y cómo esto era una parte de unos gestos de intervención que eran indeseables, efectivamente en septiembre de ese año cuando me iba a dirigir a Naciones Unidas, le metieron droga al avión presidencial y me tocó (además de mala calidad), porque era una operación en la cual seguramente estaban metidas autoridades colombianas y norteamericanas que pretendían que yo llegara cargado de droga al avión y me iban a hacer un escándalo porque el señor (Robert) Gelbard, el encargado de la lucha antidroga, había dicho que si yo iba a Estados Unidos no volvería a Colombia". En vista de eso, dijo, contrataron un avión de Avianca para el día siguiente para que no hubiera ningún tipo de posibilidad de sembrar la droga.
Reveló que tenía un plan por si algo sucediera: "Llevaba una pastilla de cianuro en el bolsillo de atrás; me la diseñó un médico amigo, me la preparó el médico porque las dosis son muy importantes”. Los únicos que sabían eran mi esposa y el médico.
Dijo que “era tan desafiante la actitud de los equipos de drogas, que yo me hubiera tomado la pastilla de cianuro”.
“Yo no quería que me cogieran vivo, pero al final, la pastilla de cianuro quedó en las alcantarillas de Nueva York” agregó.
"Fidel Castro me mandó a decir que equipos de seguridad de Cuba estaban cuidándome", anotó.
El tema de las visas
Ernesto Samper sostuvo que cuenta todo esto porque se está viviendo una situación muy parecida en Colombia con el tema de las visas y lo viví como Presidente: "Los gringos son especialistas no solo en el garrotazo sino en la amenaza del garrotazo, la utilizan para amedrentar, para intimidar, para poner a la gente en guardia. Y eso lo recibe uno, como Presidente, todos los días. Si querían cambiar a un general que estaba en una división y no les servía anunciaban que estaba en proceso de revisión de su visa, inclusive a algunos generales les llegaron a quitar la visa porque no estaban sintonizados con los equipos de lucha contra las drogas. Era un infierno el tema de las visas, siempre amenazaban con retirarlas".
“Duré 25 años sin visa y no la volví a pedir, hice un juramento de no pagar un solo peso ni un solo tipo de gestión para que me la devolvieran. Regresé a Nueva York cuando fui secretario de Unasur”, anotó Samper.
De otra parte, explicó lo que para él significa el retiro de la visa a algunos magistrados, “esto es para amenazar, intimidar y coaccionar, porque el fondo de todo esto es un chantaje sobre la JEP”.
Añadió que “la visa sirve para que presionen magistrados. Sin visa sí hay paraíso, han creado el mito de que perderla es la muerte, como si fuera un certificado de buena conducta”.