Jorge Luis Mendoza es un empleado de una empresa de alimentos que accedió a hablar con Zona Cero del drama que vive su familia por la muerte de Daniela Espitia Flórez, la joven de 21 años asesinada el pasado 17 de agosto por su expareja, Deimer Díaz Mendoza.

Él es el mayor de los tíos del feminicida y decidió contar la historia de la familia del victimario.

Con él y con su abuela, Deimer y Daniela, vivieron hasta hace dos meses en el barrio Los Laureles II, en Soledad, cuando se separaron por última vez. Desde ese entonces, él tenía una orden de alejamiento tras las denuncias que ella le interpuso por las permanentes agresiones que sufría.

El tío de Deimer afirma que su familia es la otra víctima de esta tragedia. Su mamá, abuela de Deimer, una mujer de 76 años, y sus hermanas, debieron salir de la casa por temor a represalias.

Jorge Luis es enfático en asegurar que no saben dónde está el joven.

“Donde yo sepa dónde está metido, lo entrego”, declaró a Zona Cero, conmovido y a punto de llorar, pero con el propósito de dar tranquilidad al resto de la familia.

“Llamo a la autoridad. Aquí está o vayan a buscarlo a tal parte”, señaló.

El tío entiende el drama de la familia de Daniela por el dolor de la pérdida del ser querido y la condición de huérfano de los dos pequeños de 5 y 2 años, pero “que entiendan que nosotros rechazamos ese homicidio”.

Reconoce la adicción de su sobrino a las drogas y lo recuerda como un joven agresivo. A Deimer quisieron ayudarlo en la familia. Estudió en el Sena pero no terminó. Trabajó con el tío “para que respondiera por sus dos hijos”, pero por la pandemia quedó desempleado. Él le enseñó a conducir y trabajaba como conductor. Cuando la reapertura comenzó en Barranquilla, dos semanas antes del feminicidio, trabajaba en una empresa del centro de Barranquilla.

“No sabemos dónde se encuentra en este momento, no lo ocultamos” reiteró en varias oportunidades Mendoza, en medio del diálogo con Zona Cero. “Queremos que se entregue para que resuelva su situación y para tranquilidad de la familia”, señaló.

Mendoza admitió que tras asesinar a su expareja, Deimer llamó a la hermana menor y le informó que había matado a Daniela. Pero de inmediato colgó “y apagó el teléfono”. Desde entonces, añade, no lo ha vuelto a prender y niega que le hayan facilitado dinero para su fuga.

El tío de Deimer quiere que se sepa que “la tranquilidad de la familia de Deimer también terminó” con el feminicidio de Daniela.

“Hay temor”, declaró. "Queremos hablar civilizadamente con la familia de Daniela", señala.

Admite que ahora Deimer tiene dos caminos: "que se entregue o que lo capturen”. “Pero lo cierto es que él tiene que pagar por lo que hizo”.

“El mayor anhelo de la familia es que Deimer aparezca, ahí termina la zozobra”, afirma el tío del joven que asumió la vocería de la familia para tranquilidad de todos.

Finalmente, "que se entregue".