Parejas que discuten todo el tiempo son más propensas a problemas cardiacos, revela estudio
La investigación fue realizada por la Universidad Northwestern en Estados Unidos.
Según un nuevo estudio de la Universidad Northwestern, las discusiones maritales pueden ser literalmente perjudiciales para la salud para ambas partes.
Durante la investigación, realizada durante 20 años, los investigadores le pidieron a parejas casadas que fueran a un laboratorio cada cinco años para retomar discusiones comunes frente a una cámara. Los expertos estudiaron sus conversaciones, tomando en cuenta las expresiones faciales, el lenguaje corporal y el tono de voz.
Luego encuestaron a las parejas sobre su salud para conocer los resultados. Durante ese periodo de tiempo, las personas que discutieron de cierta forma terminaron con problemas de salud. Según la revista Mens Health, el 80 por ciento de los estudiados con tendencia a enojarse al discutir, desarrollaron al final del periodo “síntomas como dolor en el pecho, elevación del ritmo cardiaco, y falta de aliento”.
“Por otro lado, solo el 53 por ciento de las personas que mantuvieron la calma desarrollaron estos problemas, porque cuando el ser humano se molesta, su presión arterial se incrementa y su ritmo cardiaco se acelera”, indicaron los investigadores.
“Con el tiempo, esto puede deteriorar el corazón, incrementando el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular”, comentó la doctora Claudia Haase, autora del estudio. Sin embargo, el enojo no es lo único que pone en peligro tu corazón.
Otros síntomas
Continuando con los resultados del estudio, los hombres y mujeres que se cierran emocionalmente durante las discusiones, es decir, que evitan el contacto visual ignorando a su pareja, desarrollan síntomas del aparato locomotor como tensión muscular y dolor de espalda.
Los investigadores atribuyeron esto a la manera en la que el cuerpo se endurece cuando se pelea con la pareja. Los músculos, particularmente los cuello, se tensan, lo que puede incrementar el riesgo de dolor muscular con el tiempo, comenta Haase.
Finalmente, la doctora y su equipo de trabajo recomiendan huir de la discusión pues físicamente interrumpirá los gritos o el mecanismo de bloqueo emocional y la caminata servirá para calmarse. Cuando se regreses a la discusión, con una cabeza fría, será capaz de dialogarlo de manera constructiva, en un volumen apropiado y sin tensar los músculos.