“Neva Lallemand en nuestro recuerdo”
El escritor Álvaro Suescún destaca la obra de la artista nacida en Puerto Colombia.
Por Álvaro Suescún T.
Murió anoche la artista Neva Lallemand, la primera mujer egresada de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico, donde se tituló en 1949.
Un retrato hecho con sus trazos elegantes, estudiados y dispuestos para mostrar una gran limpidez, fue lo primero que conocí de su obra. Era Esthercita Forero al abrigo de un árbol de matarratón en los recovecos del barrio Abajo en la que fue la Barranquilla de antaño. Después pudimos reconocer la sobriedad expresiva de sus pinturas en otros retratos hechos a diversos personajes de nuestra ciudad, de manera que con ellos bien pudiera reunirse un álbum representativo del mayorazgo cultural en este puerto cuando fue notable sitio de desembarque sobre el río Magdalena en su tráfico constante hacia la capital de la República. Con mucho acierto, don Alfredo de la Espriella tuvo a bien reunirlos en sus diferentes salas en el Museo Romántico, antes de que se los tragara el polvo inmisericorde del olvido.
Había nacido en Puerto Colombia, y sus estudios primeros los hizo en el anexo al Colegio Americano para Señoritas que dirigía Miss Thomkins. Entre la muy diversa actividad desarrollada cabe destacar la docencia, realizada como profesora de artes en diferentes lugares, desde la Escuela de Bellas Artes en dos periodos, de 1950 a 1955 y de 1958 a 1960; y en diversos planteles educativos como los colegios María Auxiliadora, de 1950 a 1952, el Saint Mary School, de 1963 a 1964, en el Sofía Camargo de Lleras de 1963 a 1966, y en su propia Academia de Arte desde 1969.
Su obra, de exquisita factura fue exhibida en Colombia y el exterior y en un centenar de participaciones en exhibiciones colectivas en más de 40 exposiciones individuales entre las que se destacan la muestra permanente de personajes de la ciudad que estuvo en el Museo Romántico en donde se destacaban los retratos hechos a García Márquez, Alejandro Obregón, Meira Delmar, Álvaro Cepeda, Esther Forero, Alfredo De la Espriella y un sinnúmero de imágenes que le dieron su propio lugar en este sitio, hoy abandonado a la suerte indolente de nuestras autoridades administrativas.
Llegó temprano, apenas en la primera adolescencia, a la Escuela de Bellas Artes de Barranquilla, donde desarrolló sus conocimientos que fue transformando en una gran pasión por todas las Artes Plásticas. Era dibujante de trazos seguros e incursionó en las técnicas de la escultura, pero sin duda fue en el óleo donde consiguió expresarse de mejor manera y con mayor seguridad llegando a acumular su prestigio en más de 40 exposiciones individuales en Colombia y en el extranjero.
Fue reconocida con la Medalla de Honor al Mérito, que le concedió su ciudad en 1967 en reconocimiento a su labor; condecorada con la Orden Andrés Bello, por el Ministerio de Educación de Venezuela en 1982, con el motivo del 2° premio obtenido en el Concurso Laminario Homenaje a Andrés Bello, organizado para conmemorar los 200 años del nacimiento del ilustre humanista. También le fueron entregadas las Llaves de Coral Gables en 1982, con motivo de su exposición en los actos conmemorativos de la Batalla de Boyacá, organizada por el Club de Leones de esa ciudad.
Su partida nos conmueve en la certidumbre de que, poco a poco, se extingue la memoria de aquellos habitantes que dieron lustre a nuestra ciudad en la segunda mitad del siglo XX.