La prensa italiana sigue revelando más detalles y cada vez más macabros con relación a la muerte de Alessandro Venier, un hombre italiano de 35 años quien fue asesinado presuntamente por su mamá Lorena Venier y su esposa, la porteña Marylin Castro Monsalvo.

Señala los medios de ese país que Lorena confesó el atroz hecho y lo hizo pensando que su hijo no le fuera hacer daños a Marylin y a su nieta de 6 meses, debido a los procesos de violencia intrafamiliar que tenía Alessandro y su adicción a las drogas.

Precisó que entre ella y la mujer trataron de dormir a su hijo y como no quedaba del todo adormecido le inyectó dos insulina, las cuales consiguió siendo auxiliar de enfermería en un centro asistencial y las tenía en su casa con el fin de usarlas para suicidarse.

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Las tenía desde hace 5 años, pero el pasado 25 de julio decidió usarlas en contra de su hijo.   

Aseguró, en su confesión, que cuando la insulina hizo efecto intentaron asfixiarlo con una almohada, pero Alessandro mostró algo de resistencia a pesar de estar débil. Sin embargo, poco después murió. 

Lorena confesó que la idea era meter el cuerpo en un contenedor, le agregarían cal para que se descompusiera y pretendían arrojarlo después en una montaña cerca de Gemona del Friuli, localidad del norte de Italia, donde ocurrieron los hechos. 

Sin embargo, al notar que el cuerpo no cabía en el contenedor fue que decidieron desmembrarlo. 

"Lo hice yo misma cuando nos dimos cuenta de que el cuerpo no cabía en el contenedor donde se suponía que se descompondría, mientras esperábamos para esparcir los restos en las montañas. En ese momento, usé una sierra para metales para cortarlo en tres pedazos, y Marylin lo llevó al garaje y lo cubrió con cal", dijo Lorena en la confesión ante las autoridades. 

Lorena aseguró que Marylin “me había estado pidiendo que matara a mi hijo Alessandro durante meses, desde el día en que nació su hija en enero" porque ella “fue golpeada violentamente, insultada y amenazada de muerte repetidamente".

Además, dijo que "mi hijo minimizó su depresión posparto, y cuando decidí denunciarlo, me dio un puñetazo en la espalda".