Souldes Maestre posando en una foto.
Souldes Maestre posando en una foto.
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Souldes Maestre, un bibliotecario que trabaja por fortalecer la tradición indígena

El atanquero, de 34 años, fue premiado por la Biblioteca Nacional de Colombia y el Ministerio de Cultura.

Su nombre debe ser algo particular, no recuerdo alguna persona con el mismo, ¿tiene alguna referencia de alguien?

Claro, yo si conozco a otra persona. Tengo un tocayo, mi padre.

Esas fueron las primeras palabras de Souldes Maestre en conversación con Zona Cero, luego de confirmarse que se hizo acreedor del reconocimiento a la labor bibliotecaria y de promoción y mediación de lectura, escritura y oralidad por parte del Ministerio de Cultura en la edición 2023.

El atanquero de 34 años, que palpita orgulloso el ser parte de una de las comunidades que integran el Resguardo Indígena Kankuamo, marcó historia al anotar su nombre como la primera persona en toda la historia que se lleva este galardón por parte de la Biblioteca Nacional de Colombia. Antes, solo se hacía con las librerías, ahora esta nueva categoría ha llegado para quedarse.

“Existe una gran satisfacción. Soy una persona paciente y de pocas emociones. Sin embargo, este logro es el resultado de un gran trabajo comunitario, entonces siento mucha felicidad. Es un reconocimiento que implica conseguir recursos para continuar sosteniendo la biblioteca”, afirmó inicialmente Maestre.

“El premio Daniel Samper Ortega premia a las mejores bibliotecas, pero este año se ha estipulado también esta nueva categoría. Se reconoce la labor de las personas que llevan más de 10 años en esto. La idea es fortalecer el trabajo que se hace detrás de los sitios educativos.  Mucha gente no lo sabe”, agregó.

Biblioteca Pública Kankuaka

Es el amor lo que caracteriza su accionar día tras día. Lleva la pasión enmarcada hasta en su nombre. Aunque es muy peculiar, su abuela se enamoró del mismo leyendo un periódico. Su significado en francés es “Desde el alma” o “Con el alma”.

Fue el corazón lo que precisamente le metió a los libros. Era su escape de la realidad. Su momento de tranquilidad en medio de un ambiente lleno de caos. Al nacer en tiempos de violencia guerrillera y paramilitar, se dedicaba a devorar los libros pedagógicos de su padre, quien era profesor, para ignorar la sangre que se derramaba en las afueras de su hogar. Su etnia fue una de las más golpeada y diezmada por la violencia paramilitar que sangró los ríos y caminos de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Mientras pasaba sus ojos por las letras de aquellos escritos podía recordar la sapiencia con la que su abuelo hablaba de cualquier tema o la seguridad que expresaba su progenitor al charlar sobre temas musicales. Creció en un ambiente cultural sin saber que daría su aporte para salvaguardar la historia de un pueblo que más adelante estaría en peligro de extinción. Fue un propósito predestinado.

Nunca le interesaron las grandes industrias, ni los descubrimientos que actualmente mandan la parada en todos los portales. Le apuesta a ir en contra de la corriente del mundo cotidiano. Se toma la pausa para pensar que ya pocos lo hacen. Fue así como encontró, aún sin buscarlo,  la vocación de su vida: ser bibliotecario.

Un legado irrevocable 

En el año 2012 se le presentó la oportunidad de oro. Junto con un grupo de amigos se enteró de que habían muchas cajas llenas de libros desechados por la comunidad. Siempre hubo una intención de formar una biblioteca con ellos, pero nunca se dio. 

Allí fue donde nació la Biblioteca Pública Kankuaka, hoy gran respetada, en el territorio de Atánquez.

Souldes Maestre con Alejandra Izquierdo, Jefe de la Oficina de Cultura de Valledupar.

“Estos son proyectos de vida en donde uno se entrega cuerpo y alma. Nos dedicamos a ellos por creer que podemos generar un cambio en las nuevas generaciones”, expresó.

“Siempre me imaginé con un espacio en donde pudiera pensar y estar más alejado de la velocidad con la que va la sociedad. Una biblioteca es el lugar ideal para eso. No puedo decir si pensaba ser bibliotecario, ni sabía qué era. Simplemente toda mi vida he estado en contra de la manera tan rápida en la que va el mundo. La literatura es esa forma de agregar algo de lentitud y pensamiento”, añadió.

Souldes aprovechó una pequeña bodega que nadie usaba y allí acomodó todos esos registros literarios. La fuerza de la cultura indígena lo llegó a asustar un poco, pero con el tiempo fue muy bien recibida su iniciativa. La infraestructura se estaba cayendo y la luz era poca, mas el calor de las personas fue concretando ese lugar como especial. Su nombre fue Kankuaka, que significa “lugar donde se crea y se guarda el conocimiento”

“Siempre nos preguntamos la manera en la que íbamos a entrar en la cultura, pero los libros son herramientas que facilitan el pensamiento. La memoria comienza a ser algo vivo. Por ello, la biblioteca viene siendo una intermediaria entre la liberalidad, la cultura y el pensamiento”, explicó Maestre en simultáneo con el cántico de un par de pájaros que decoraron sus palabras.

“El libro es algo que me permite entender al otro. Significa dotarse de muchas herramientas para comprender mejor los problemas de la sociedad. Te ayuda a pensar de una manera más abierta. Abre posibilidades. Son una pieza que conjuga lo oral con lo escrito para entender la cultura”, sumó. 

Biblioteca Pública Kankuaka

Hay vida en las nuevas generaciones

Su esperanza no se pierde en la rapidez de este mundo. Sueña con una humanidad culta, aún en los tiempos de la civilización del espectáculo: “Hubo algo que nos pasó. Nosotros compramos 14 libros y, después de preguntarle a los jóvenes que querían leer, se prestaron todos el mismo día que se adquirieron. No es verdad que la gente ya no esté interesada en leer, simplemente están inmersas en las nuevas dinámicas de la velocidad de las pantallas. El Tik Tok te bombardea cada cinco segundos con algo nuevo e interesante. Si no nos acercamos a ellos para brindarles algo más llamativo, nunca lo harán por ellos mismos. Al muchacho hay que brindarle la oportunidad de que se pueda reunir más en bibliotecas. Estas nuevas generaciones tienen muchas herramientas, solo necesitan un poco de orientación para poder intentar cambiar este mundo”.

Finalmente, confirmó que su mayor sueño es la construcción de una biblioteca con todas las de la ley en su territorio.

“Mi mayor sueño es la construcción de la biblioteca. Hace cinco años ganamos una sentencia que obliga al Estado a la construcción de una. La bodega ya nos queda chiquita. Quiero ir de frente con la implementación de bibliotecas en nuestro territorio”, culminó.

Souldes Maestre con la Ministra de Medio Ambiente, Susana Muhamad