Le rompieron los instrumentos a los Gaiteros de San Jacinto en Chile
El grupo asegura que fue por desconocimiento.
Un incómodo momento vivieron el pasado 13 de enero los Gaiteros de San Jacinto luego de que en Chile le rompieran sus instrumentos musicales, según indicó el mismo grupo, “por desconocimiento”.
La bloguera María Paz Castillo señaló en su blog que a los Gaiteros les quitaron hasta las semillas de las maracas.
"En un espacio reducido, no habíamos más de 10 personas, cuando de repente empiezan a contarme que al entrar a Chile, no sólo le habían quitado semillas y totumos ( con lo que se confeccionan las maracas que trabajarían en el taller que dictarían en La Makinita) sino que le habían rajado los cueros de tambores sin compasión", relató.
El hecho que es para no creer fue realizado por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de ese país, similar al Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), en un procedimiento de preservación de la naturaleza.
La bloquera, quien puso el tema en conocimiento público, señaló: "Me da vergüenza ,me da rabia, sobre todo porque me considero una de las personas que trabajan por difundir esos ritmos y hacer puentes entre ambos países, también poniendo en valor el aporte migrante a ese país. Amo su música, su cultura, sus comidas, su sencillez y encuentro totalmente despreciable el trato que recibieron y los hechos que ocurrieron. Si se hace algo al respecto, cuenten conmigo y con la gente que pueda contactar".
A pesar del incidente, Javier Mutis, el representante de la agrupación señaló que "creemos que las autoridades actuaron en pro de la protección de su medioambiente”.
Según relata el diario El Espectador, el hecho se presentó a la entrada del país, pero no se perjudicaron sus presentaciones.
“Decomisaron las semillas con las que se llenan las maracas y consideraron que unos cueros de los tambores no debían entrar, por lo que fueron rajados. Fueron cortados para que no entraran”, explicó Mutis al diario capitalino.
Y agregó que “Es bueno que para próximas ocasiones las autoridades entiendan que estos elementos no afecta ni ponen en riesgo la seguridad del medioambiente. Pueden ser un poco más tolerantes porque no todos los músicos llevan dos juegos de tambores. Esa fue nuestra salvación”.