El sepelio masivo de Darío Gómez, ‘el Rey del despecho’, tenía que ser con música y aguardiente, como lo hicieron centenares de sus fanáticos que este sábado acompañaron el cortejo fúnebre en Medellín.

“Si así lo hicimos en vida, cantando y tomando guaro, entonces así le decimos adiós”, declaró en medio de lágrimas Rosalba Rodríguez Ruiz, seguidora que se desplazó hasta la Iglesia Santa Gema de Medellín en donde se cumplió la eucaristía a la que asistieron sus familiares y amigos más cercanos.

Al término de los oficios religiosos, decenas de fanáticos del cantante de música popular quien murió el pasado martes a los 71 años, aguardaban el cortejo fúnebre y coreaban su nombre.

El momento fue muy emotivo porque la multitud, muchos de ellos ingiriendo aguardiente, entonaban una y otra vez su éxito “Nadie es eterno en el mundo”, tal como lo compartió el Canal RCN.

Así ocurrió durante todo el desplazamiento de la carroza funeraria hasta el cementerio Campos de Paz en la capital de Antioquia, a lo largo del cual sus seguidores se apostaron a ambos lados de las vías para sacar pañuelos blancos y exhibir imágenes de su ídolo.

A última hora, fue necesaria la intervención del Esmad para controlar la multitud que pretendía ingresar hasta el área en donde fue sepultado su ídolo.