El Rey Momo Lisandro Polo, personificando a Joselito, y su Reina Marcela García llorando con sus damas de honor.
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Hansel Vásquez

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Con 25 pagadiarios y una luna de miel fallida, Joselito se despide de su Carnaval

La Reina Marcela terminó “vestida, plantada y enamorada” en la calle 85 desde la carrera 46 hasta la 59.

Augusto García Caballero, el papá de la Reina del Carnaval, está que se mete debajo de las piedras para esconderse de los 25 pagadiarios que le dejó como herencia Joselito Carnaval a su hija, además del montón de deudas del festejo de matrimonio que nunca se realizó.

Los papás de la Reina del Carnaval acompañando a su hija en la partida de Joselito.

“¡Vamos a tener que vender la casa!”, exclamó preocupado el exdirector de Cormagdalena, quien lucía un esmoquin color blanco, sombrero para el sol y un pantalón negro.

De su mano, iba su esposa, la Reina del Carnaval de Barranquilla en 1982, Mireya Caballero, quien aseguró que en muchas ocasiones le dijo a su Marcelita que no le hiciera caso a ese hombre bebedor, fiestero y mujeriego que la iba a dejar “con un domingo 7 o con medio de un montón de deudas”.

Marcela se tuvo que montar en la tarima para poder revivir a su amado Joselito... pero no lo logró.

Pero como toda ‘pelá’ barranquillera en Carnaval, Marcela se rebeldizó y su alma indomable, al final fue domada por un Joselito Carnaval quien la sonsacó a los 18 años y durante 7 años la enamoró y le pintó pajaritos en el aire… “para al final salir con un chorro de babas”, se lamentó la Reina.

Luciendo un vestido de novia, confeccionado por el programa de Diseño de Modas y Alta Costura de la Universidad Autónoma del Caribe, la soberana de las carnestolendas dejó todo tirado en la Parroquia La Inmaculada Concepción de la carrera 58 con calle 70, donde se iba a realizar la ceremonia religiosa este martes 9 de febrero, para recorrer las calles de Barranquilla y encontrar a su novio carnavalero, personificado por el director de grupo Tambó, Lisandro Polo, uno de los mejores Reyes Momo de los últimos años.

Marcela quedó "vestida, plantada y enamorada", como ella lo decía.

Sus damitas rosadas –y no precisamente las de la Liga de Lucha Contra el Cáncer Seccional Atlántico-, le soplaron que la última ‘pea’ que se pegó su futuro esposo fue en la calle 85, y que en un estadero de la vía estaba tirado con unos lentes de sol, enmaicenado, con el traje de novio puesto y con labial en el cuello de la camisa.

Como un ventarrón que acompañan por estos días la ciudad, Marcela con sus padres llegaron a la arteria y se encontraron a Joselito en camilla y llorado por infinidades de viudas que aseguraron ser las ‘oficiales’ del mujeriego.

Sin más remedio, Marcela se montó en la camilla y a punta de golpes con el ramo de flores trataba de revivir al muchacho pero poco pudo hacer y en vez de llorar, quiso celebrar, así que organizó un desfile.

Desde las 2 de la tarde comenzó el recorrido que contó con los principales grupos folclóricos del Carnaval. La apertura del evento estuvo encabezada por los Reyes del Carnaval de los Niños, Antonella Barrios y Ronaldo Sandoval. En vez de llorar, los soberanitos decidieron festejar y con la genta vacilar acompañados por las agrupaciones de las Casas de Cultura Barranquilla.

Las cumbiambas fueron las protagonistas en el desfile de la calle 85.

Antonella y Ronaldo le dieron el ‘pase libre’ a agrupaciones de tradición como La danza de los conyongos, Coyongos e indios farotos, Micos y micas costeños, el Congo Reformado, la danza El paloteo de Barranquilla, El imperio de las aves, Las Farotas de Talaigua y el Cono Toro Grande.

La Reina del Carnaval de los Niños Antonella Barrios prefirió reír que llorar en el sepelio de Joselito.

Desde Ciénaga Magadale, llegó la agrupación el Caimán Currucuchú, con más de 30 años  de participación de la fiesta barranquillera y le siguieron cumbiambas como El cañonazo, La Revoltosa y La vaina ya se formó.

Después de la participación de la comparsa de fandango Candela, Ilusiones del Adulto Mayor, Baile con chancleta de palo y la comparsa Kinini danza Negra, llegó el Garabato del Norte, liderado por el Rey Momo 2003 Leopoldo Klee y finalmente se comenzaron a ver las primera viudas carnavaleras que en cada esquina confundían a los espectadores con Joselito Carnaval y se les tiraban encima en busca de cariño.

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La emoción la pusieron Kathy Puloy y la Princesa de Makemba con sus movimientos sensuales y poca ropa. Hasta el presidente de Estados Unidos Obama y el Terminator no se quisieron perder el sepelio de Joselito y desfilaron saludando a todos.

Barack Obama, Presidente de Estados Unidos, vino única y exclusivamente al sepelio de Joselito.

Tiempo de llorar

Casi al final del desfile se veía a Marcela encaramada en la camilla, sin tacones y con el maquillaje deshecho de tanto llorar. Por más de golpeaba a su marido, este no respondía y a ‘Marce’ no le quedó más remedio que lamentarse junto a sus damas y familia.

“La luna de miel iba a ser en El Piñón, Magdalena. Ya teníamos reservada la chalupa de primera clase que nos iba a llevar y el motocarro para llegar al hotel más lujoso del municipio”, lloraba la reina, mientras era consolada por una de sus rosaditas damas de honor.

Marcela resignada por la partida de su hombre, Joselito Carnaval.

De esta forma, entre lamentos, alaridos, llanto, irreverencia, baile y música se cerró por un año más el Carnaval de Barranquilla.

Ahora, Marcela solo espera una excusa para volver a lucir sus polleras y vestidos de fantasía en los eventos post-carnavaleros y en cualquier fiesta que la inviten.

Mientras tanto, la Reina pasará el dolor de la muerte de su amado Joselito con tremenda celebración en ‘La K-Z la gozadera real’, en la que todo el que tenga ganas de derramar la última lágrima de alegría puede asistir.

De esta manera se le da final al Carnaval en Barranquilla, para que el próximo año vuelva a renacer con más bríos, en el eterno retorno de Joselito Carnaval.

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