Este lunes 7 de julio se cumple un mes del atroz atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, un hecho que sacudió la tranquilidad de la vida pública colombiana y que, a poco de cumplirse 30 días de lo ocurrido, sigue generando profunda indignación y dolor. 

Aquel día, la violencia irrumpió de manera brutal, dejando una huella imborrable no solo en el senador, su equipo o quienes lo acompañaban, sino en gran parte de la población colombiana.

El ataque, que tuvo como blanco a un líder político en medio de un proceso democrático, nos recuerda la vulnerabilidad de quienes asumen el servicio público y la persistencia de fuerzas que buscan desestabilizar el tejido social.

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Este mes ha sido un periodo de recuperación física para el senador Uribe Turbay, quien permanece internado en la Fundación Santa Fe de Bogotá (ha sido intervenido aproximadamente una decena veces), y emocional de su círculo cercano, como es el caso del concejal de Bogotá Andrés Barrios, su amigo personal y compañero de la vida política, quien lo acompañaba aquella fatídica tarde.

“Ha sido una montaña rusa de muchas emociones, de mucho dolor, particularmente por tener que vivir esta experiencia con él, por lo que él es, por lo que representa, por su familia, pero a la vez agradecidos con Dios de que ha preservado la vida de él, de que preservó mi vida y como siempre decimos, si hay vida hay esperanza, y yo creo que ha sido un momento donde el músculo de la fe se ha venido trabajando incansablemente”, dijo Barrios en entrevista con Zona Cero.

El uso de menores de edad para cometer delitos, un tema "para reflexionar"

La imagen del ataque y las informaciones siguientes sobre la participación de menores de edad y redes criminales como la de alias 'El Costeño' -capturado el sábado en una casa en Bogotá, tras ser emitida una circular roja de Interpol- añaden capas de complejidad y tristeza a este episodio.

"Como sociedad es un tema que nos tiene que hacer reflexionar, saber que los grupos armados y criminales literalmente están dañando el futuro de las nuevas generaciones. En parte esto se debe a la política fracasada y mentirosa de la paz total, creo que esto también se debe a vacíos muy grandes que hay en la ley penal de responsabilidad de adolescentes porque sin duda pienso que es muy diferente un niño o joven que ha sido reclutado en el marco del conflicto armado para integrar grupos guerrilleros y donde realmente no tuvieron opción, a  los que vienen reclutando estos grupos en cascos urbanos y que de alguna manera tienen ya un poder de decisión de cómo actúan en su vida”, aseguró Barrios Bernal. 

El concejal del partido Centro Democrático también opinó sobre el debate de cómo deben ser juzgados los menores de edad que cometen esta clase de delitos. 

“Es una situación muy preocupante porque es, además, reiterativa. Estos  grupos ponen sus ojos en jóvenes y adolescentes precisamente por esos vacíos legales que hay. Y frente a eso tenemos que pedir que el Congreso prontamente actúe y se busque de alguna manera tener controles más estrictos y también endurecer las penas, si es el caso”, dijo.

Añadió que, “un joven que está en una ciudad y que de alguna manera sí tiene poder de decisión, incluso como pasó con este joven (el menor que disparó a Miguel Uribe), quien hizo parte del  Programa Jóvenes en Paz, a quien le estaban pagando un millón de pesos y tomó la decisión de salirse, así como tomó la decisión también de ir al parque y de cometer un acto sicarial. Entonces yo sí creo que de alguna manera la ley tiene que hacer la diferencia entre estos casos, porque todo en la vida se trata de que cada acto tiene una consecuencia”.

Había preocupación por lo que podía hacer 'El Costeño' 

También ha sido tiempo de reflexión colectiva sobre los desafíos que enfrenta la democracia colombiana.

La justicia emitió circular roja de la Interpol contra Elder José Arteaga Hernández alias ‘El Costeño’, quien, según las autoridades, es el principal sospechoso de liderar la estructura criminal que atentó contra Uribe Turbay, y por quien se ofrecían hasta 300 millones de pesos de recompensa. Tras las pesquisas fue capturado el pasado sábado, escondido en una casa en Engativá, Bogotá.

Arteaga Hernández sería, de acuerdo con el testimonio de los capturados, el que contrató y entregó una pistola Glock calibre 9 milímetros al joven que disparó en contra del senador.

Además, las investigaciones han terminado con las capturas de cinco personas: el menor de edad que disparó, el segundo capturado del caso fue Carlos Eduardo Mora González, señalado como la persona que conducía el vehículo en el que le fue entregada el arma al menor de edad; la tercera capturada del caso fue Katerine Andrea Martínez, señalada de haber pagado el servicio en motocicleta en el que fue transportado el menor hasta Fontibón y la cuarta persona corresponde a William Fernando González Cruz, señalado de ser quien recogió a 'El Costeño' y a Katerine Andrea Martínez, capturada en Caquetá.

Más allá de la investigación y las capturas, el atentado es un doloroso recordatorio de que la violencia política, en sus diversas formas, sigue siendo una amenaza latente. Es un llamado a la unidad, a la defensa de los valores democráticos y a la construcción de un ambiente donde las diferencias se diriman en el marco del diálogo y el respeto, y no a través de la intimidación o la agresión.

“Yo creo firmemente en la justicia, creo en la institucionalidad”, advirtió. 

Una familia fuerte y valiente

Finalmente, el cabildante, que ha seguido de cerca la situación de su gran amigo, le envió un mensaje a él y su familia, con la esperanza de que pronto pueda despertar recuperado. 

“Así como él nos ha enseñado, tenemos que ser fuertes, resilientes y que de la mano de Dios vamos a salir adelante, y como siempre suelo decir: ¿Si Dios está con nosotros, quién contra nosotros? Estamos ahí, enviando un mensaje de ánimo, de aliento, y no solo a él, también a su familia, que ha sido una familia super fuerte, valiente, en medio de estas circunstancias tan adversas”, manifestó.

La sociedad colombiana, una vez más, enfrenta el desafío de sanar heridas y reafirmar su compromiso con la paz y la convivencia, incluso cuando el recuerdo de la violencia aún duele y resuena.