El proceso de paz está estancado, desde el pasado 2 de octubre, cuando la refrendación de estos acuerdos fue negada en el plebiscito convocado por el presidente Juan Manuel Santos, en un resultado que dejó el freno de mano puesto a la implementación de los acuerdos y el acelerador en los cambios que buscan los promotores del ‘No’.

Desde entonces han pasado 20 días y el país ha reaccionado con impulso por cuenta de los ganadores del ‘No’, el nobel de paz del presidente Juan Manuel Santos y las marchas de las organizaciones sociales y universitarias que revalidan el deseo de paz, lejos de los resultados.

Ahora son tres las partes que intervienen para desvarar el proceso, aunque es bien sabido que en una relación de cualquier índole los terceros estorban y más cuando vienen con demasiada ‘pretensión’.

“Por diversos conductos le hemos solicitado al señor Presidente aclarar de una vez por todas si está dispuesto a acatar y respetar sinceramente los resultados electorales del 2 de octubre. Como consecuencia necesaria de la voluntad del pueblo manifestada en el plebiscito, le hemos solicitado, igualmente, expresar si respecto al Acuerdo suscrito con las FARC el Ejecutivo está abierto a los cambios de fondo que demanda el mandato popular o si se limita a recibir documentos a través de sus secretarios para remitirlos a esa organización armada ilegal”, escribieron Andrés Pastrana  Arango, Álvaro Uribe Vélez, Marta Lucia Ramírez​​, Iván Duque, Alejandro Ordóñez, Carlos Holmes Trujillo ​​y Óscar Iván Zuluaga.

Con el nobel sobre sus espaldas, el presidente Santos tiene que sobrellevar el temporal, ser mesurado y paciente ante el torbellino de propuestas de los promotores del ‘No’, que claman por cambios de fondo en los acuerdos y le preguntan al mandatario si va a cumplir. Solo hace unas semanas se dieron la mano y después, en un comunicado, tanto Andrés Pastrana como Álvaro Uribe, criticaron la alocución del presidente por considerarla confusa y contradictoria.

Santos salió a paso y sostuvo en otra intervención pública que “desde el primer momento” se dedicaron a “catalogar, organizar y clasificar las propuestas recibidas”. 

“Hay muchas que coinciden y son razonables. Otras son difíciles, pero no imposibles. Y hay otras que son totalmente inviables porque parten de la base por ejemplo de que no hay conflicto que solucionar…”, expresó el mandatario el jueves, al tiempo que anunció el mecanismo de trabajo para analizar con las FARC las propuestas, revisarlas "y decidir los ajustes necesarios en el término de la distancia. Quiero terminar esto pronto, muy pronto”.

El jefe de la delegación colombiana en los diálogos, Humberto De la Calle, tiene la difícil misión de hacer ajustes y precisiones al Acuerdo, partiendo de las decenas de propuestas aportadas no solo por el Centro Democrático sino también por la Fundación Víctimas Visibles, el expresidente Andrés Pastrana, Alejandro Ordoñez, Martha Lucía Ramírez, diferentes grupos religiosos, entre otros.

Las propuestas para el nuevo acuerdo

El Centro Democrático entregó al gobierno de Juan Manuel Santos un documento de 26 puntos debaten los puntos más importantes del acuerdo final, que tienen que ver con Desarrollo Rural Integral, Participación Política,  Fin del Conflicto, Narcotráfico , Víctimas, Justicia e impunidad,  Implementación, verificación y refrendación.

Este partido político propone la construcción de un gran acuerdo nacional para un proceso que tenga el mayor respaldo de la población. Solicitan "un proceso de amnistía que permita garantías efectivas de reincorporación de la base guerrillera, no vinculada a procesos por Delitos de Lesa Humanidad, a la vida civil".

El exprocurador Alejandro Ordóñez presentó 'Hacia un Pacto para la Paz: Ruta temática para un Acuerdo Nacional', un documento de 73 páginas, proponiendo 32 aspectos fundamentales para tratar en el nuevo acuerdo. Los puntos se enmarcan en Víctima, justicia y lucha contra la impunidad, Protección de la familia y de los niños. Compromiso con los derechos de las mujeres, Democracia y participación política, garantía de no repetición y desmantelamiento del aparato armado, Estado de derecho y equilibrio de poderes, Seguridad jurídica para el campo, no institucionalización de las FARC en el territorio y Transparecia. Completar los acuerdos.

Ambas propuestas proponen la presentación ante el Congreso de la República de una Ley de Amnistía inmediata para los guerrilleros que no haya cometido crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y genocidio, así como tampoco delitos conexos con estos crímenes, tales como los asociados al narcotráfico.

La excandidata presidencia Martha Lucía Ramírez, también, entregó una propuesta básica para el nuevo acuerdo de paz. Según la líder conservadora , "el Acuerdo crea una serie de instituciones, organismos y comisiones, entre otras, cuyo funcionamiento e interacción con otras entidades públicas es confuso, genera más burocracia y desnaturaliza el ejercicio de las facultades de autoridades públicas como los alcaldes y gobernadores".

Las propuestas están basadas en los puntos de  Reforma Rural Integral y los temas del Fondo de Tierras y zonas de reserva campesina; la participación política de las Farc. "A las Farc se deben dar garantías más no ventajas para el desarrollo de su actividad política", dijo Ramírez.

Y las objeciones en los temas son el del fin del conflicto, solución al problema de las drogas ilícitas, el acuerdo sobre las víctimas del conflicto, el sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición, incluyendo a jurisdicción especial para la paz y el compromiso sobre Derechos Humanos.

En la implementación, Ramírez pide que "ni la refrendación del acuerdo renegociado ni su implementación, implicarán su incorporación integral al texto de la Constitución Política".

Las reuniones con las Farc para socializar los temas planteados apenas comenzaron este sábado y pueden prolongarse por unos días más. De la Calle ha dicho que “esta discusión se dará en los términos definidos en el pasado comunicado conjunto a fin de lograr ajustes y precisiones con el propósito de lograr un nuevo acuerdo que permita abrir la etapa de consolidación de la paz estable y duradera”.