La administración del Presidente Donald Trump desató una nueva polémica migratoria y sanitaria al instruir a sus funcionarios consulares a considerar la obesidad, la diabetes y otras enfermedades crónicas como posibles razones para denegar visas a solicitantes extranjeros.

La nueva y estricta directriz, detallada en un cable diplomático del 6 de noviembre y firmado por el secretario de Estado, Marco Rubio, amplía significativamente los controles médicos más allá de las enfermedades contagiosas tradicionales.

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"Carga pública" por enfermedad crónica

La medida otorga a los funcionarios de visas una mayor discrecionalidad para rechazar solicitudes bajo el principio de "carga pública", negando el ingreso a personas que podrían representar un gasto considerable para el sistema de salud de Estados Unidos.

El cable es explícito en el tipo de afecciones a considerar:

“Deben tener en cuenta la salud del solicitante... Ciertas afecciones médicas —entre ellas, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer, diabetes, enfermedades metabólicas, neurológicas y trastornos mentales— pueden requerir atención médica por valor de cientos de miles de dólares”.

De forma específica, la guía menciona la obesidad, señalando que puede derivar en condiciones de alto costo como apnea del sueño, hipertensión arterial y depresión clínica.

Impacto global en visas temporales y permanentes

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La nueva política se aplicará tanto a visas temporales (como la H-1B para trabajadores especializados) como a solicitudes de residencia permanente por motivos laborales o familiares. Aunque los refugiados y solicitantes de asilo están formalmente exentos, la administración Trump redujo drásticamente esos programas.

Además de la salud, los consulados deberán evaluar otros factores como la edad del solicitante, el número de dependientes y la existencia de discapacidades o necesidades especiales dentro de su familia.

El impacto potencial de la medida es masivo a nivel global: la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2022, el 16% de los adultos en el mundo eran obesos y el 14% padecía diabetes, cifras que sugieren que un gran número de solicitantes podrían ver afectadas sus posibilidades de ingresar a Estados Unidos.