La política de la destrucción en la guerra de Israel contra Gaza
Un recorrido por los orígenes de la guerra en el Medio Oriente. Analizando lo monstruoso moral, ético, político y lo inhumano.
Por: Adalberto Bolaño Sandoval
Los resultados de la guerra entre Israel y Gaza son contundentes: 54.000 asesinados en Gaza, por parte de los bombardeos por este país judío, y, de ellos, un 70% son mujeres y niños, dato último, referido a noviembre de 2024. Ellos son una muestra de la intolerancia del primer ministro Benjamín Netanyahu.
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Los orígenes de esta destrucción del estado israelí hacia los palestinos y su desplazamiento a la franja de Gaza nacieron cuando el siete de octubre de 2023, militantes de Hamás entraron por la frontera y atacaron comunidades israelíes, que, según cifras oficiales, dejó a más de 1.200 personas muertas, en su mayoría civiles, y capturaron y secuestraron a unas 250. Para las estadísticas, este fue el ataque más mortífero que ha sufrido el país en toda su existencia. Para la política analizada más profundamente, existe una coalición secreta entre Hamás y Netanyahu para mantener esa situación bélica y continuar la división entre israelíes y palestinos, así como de dividir fronteras y sacar réditos políticos ambas partes.

Ante ese ataque, la primera contestación de Netanyahu no podía esperarse: prometió una “fuerte respuesta” y destruir a Hamás “para siempre” La invasión a la franja de Gaza y posteriores bombardeos del estado israelí ha conllevado un 90% de desplazados de la población palestino-gazatí.
Los orígenes de una guerra
Los judíos deambularon por muchos siglos sin una tierra propia, a lo cual se le denominó la “diáspora judía”, debido a la destrucción del Primer Templo de Jerusalén en el 586 a. C., lo cual significó su primer exilio a Babilonia y una dispersión y migración obligada por todo el mundo conocido. En un momento determinado, vivieron en paz y autonomía bajo el reino de los príncipes asmoneos y la revuelta macabea, pero tras la invasión romana en el 63 a.C. llevaron a la pérdida de su soberanía política y los comienzos de su nomadeo.
Por muchos siglos, los judíos fueron perseguidos y expulsados de diversas regiones. En Europa occidental, España, por ejemplo, en la Edad Media, expulsó a los judíos, mientras que Italia, y, con una presencia menor que en Europa Oriental, también experimentó periodos de persecución. De igual manera, Inglaterra (1290) y Francia (1394), por razones religiosas y políticas. En Europa oriental, especialmente, en los países bálticos, fueron muy comunes estos hostigamientos. Entre estos, se encuentran: Rusia, Polonia, Rumania, Hungría y los estados bálticos (Lituania, Letonia, Estonia). Como parte de ello, a estas poblaciones les fueron restringidas áreas específicas denominadas juderías, en las que se les limitaba su libertad de movimiento y se les discriminaba.

¿Qué otros tipos de discriminación les infligieron?
Pogromos, o ataques violentos contra la población, especialmente, muy comunes en Rusia y Europa Oriental a finales del siglo XIX y principios del XX. Expulsiones, como las ya mencionadas anteriormente. O leyes discriminatorias, cuyos objetivos era despojarlos de sus fortunas.
Pero, ¿Cuáles son las diferencias entre un judío y un árabe, y por qué ha habido tantas guerras?
La principal diferencia entre un árabe y un israelí radica en la nacionalidad y en algunos aspectos culturales y religiosos. Los israelíes son ciudadanos de Israel, un Estado judío. Su identidad se basa en la tradición judía, proveniente de los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, que comparten su historia, las tradiciones y prácticas religiosas. Se fundamentan en el sionismo (como ideología, muchas extrema), el cual busca la autodeterminación del pueblo judío en su tierra ancestral (Israel), jugando un papel relevante en su identidad. Mientras que los árabes provienen de países que conforman una región geográfica y culturalmente diversa, con una población mayoritariamente musulmana, que es originaria de la península arábiga y otros territorios circundantes, donde se comparte la lengua, costumbres y tradiciones árabes. Los países que lo integran son: Egipto, Irak, Siria y Arabia Saudita, entre otros.
Hubo dos razones especiales para que se adoptara y dividiera en dos el territorio palestino ubicado en el Medio Oriente, y que todavía, el Reino Unido administraba. Leamos textualmente lo expuesto por la ONU al respecto en su sitio de internet:
“Palestina fue uno de los antiguos territorios otomanos que la Sociedad de las Naciones puso bajo administración británica en 1922. Con el tiempo, todos esos territorios se convirtieron en Estados independientes, excepto Palestina, en cuyo caso además de la prestación de asistencia administrativa y asesoramiento”, el Mandato Británico incorporó en 1917 la “Declaración de Balfour”, en la que expresaba apoyo al “establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío”.

“Durante el Mandato, de 1922 a 1947, tuvo lugar la primera ola de inmigración judía a gran escala a este territorio, proveniente principalmente de Europa Oriental: el número de judíos que inmigraron aumentó enormemente en la década de 1930 debido a la persecución nazi”.
A ello se agrega que el Holocausto judío de la segunda guerra mundial, con sus 6.000.000 de muertos, exacerbó la crisis de esta población, ante lo cual surgió la propuesta de dividir el territorio de Palestina. Aún más: el creciente antisemitismo que pervivía en Europa, a finales del siglo xix, hace surgir un movimiento sionista, que defendía el establecimiento de una patria para el pueblo judío en Palestina. Muchos judíos emigraron allí desde ese momento, al principio en pequeñas oleadas y después masivamente al término de la Segunda Guerra Mundial a causa del Holocausto nazi.
Continúa diciendo el documento de la ONU, de que todos estos movimientos políticos y emigratorios, sin embargo, desde antes, trajeron también “reivindicaciones árabes a favor de la independencia y la resistencia a la inmigración judía, las cuales desembocaron en una rebelión en 1937, tras la cual ambas partes recurrieron una y otra vez al terrorismo y la violencia. El Reino Unido consideró varias opciones para facilitar la independencia a esa tierra devastada por la violencia, y en 1947 acudió a las Naciones Unidas para que resolvieran el problema de Palestina”.
Los enfrentamientos continúan
Declarada la partición de Palestina para sus pobladores e israelíes, y tras el rechazo de esta por árabes, siguieron las pugnas entre los nacionalistas de cada país, así como por grupos paramilitares judíos y bandas árabes.
Después de la fundación de Israel el 14 de mayo de 1948, la tensión pasó de ser tema local a asunto regional e internacional, pues es allí cuando comienza la primera guerra árabe-israelí: Egipto, Jordania, Siria e Irak invadieron este territorio asignado, la cual fue llamada “guerra de la independencia o de la liberación”. El argumento para que se asentaran los judíos en su zona inicial fueron “argumentos basados en fuentes bíblicas e históricas”, la Declaración de Balfour y el Mandato británico sobre Palestina. En fin, la división del territorio quedó definida por la Línea de Armisticio de 1949, establecida tras la creación de Israel y la primera guerra árabe-israelí. Después de esta, Israel se apoderó del 77% del territorio (otras fuentes hablan del 85%), del cual se le había asignado inicialmente el 54%. Después de 1967, se apoderó del 100% del territorio de Gaza y Cisjordania.

Tras el conflicto, el territorio inicialmente previsto por las Naciones Unidas para un Estado árabe (Palestina) se redujo a menos de la mitad. Para los palestinos significó los comienzos de su persecución y desplazamiento, o Nakba, o la llamada "destrucción" o "catástrofe": el inicio de la tragedia nacional en la que 750.000 palestinos huyeron a países vecinos o fueron expulsados por tropas judías. Los palestinos conmemoran el 15 de mayo como un día de duelo y reclamo al retorno de sus tierras, dándole a ello su identidad y fuerza de unidad nacional para sus pobladores.
Un resumen de una historia cínica
No describiré la serie de enfrentamientos menores y mayores que hubo después de 1967 entre estas dos naciones (Palestina, hasta ahora, realmente inexistente), pero destaquemos lo que indica el informe de Amnistía Internacional:
-Gaza “es la prisión más grande de la tierra. Según el propio Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, es “el infierno en la tierra”.
-“El 58,4% de la población vive en situación de pobreza. El 54% de los habitantes padecen inseguridad alimentaria y más del 75% son beneficiarios de ayuda".
-“Más del 90% del agua del acuífero de Gaza no es potable. Alrededor de un tercio de los artículos de la lista de medicamentos esenciales están agotados".
-“Desde el año 2007, Gaza está gobernada de facto por Hamás, una organización terrorista según múltiples países e instituciones internacionales".
- Desalojos y muros: Desde 2002, “Israel ha levantado toda una serie de muros, bloqueos, puestos fronterizos y de cruce y zonas restringidas para separar las zonas y el conjunto de Cisjordania de Israel. Los llamados muros tienen un doble objetivo: facilitar los trayectos y las comunicaciones entre los asentamientos de los colonos israelíes y torpedear la libertad de movimiento de la población palestina, aislándola en las dos primeras zonas, sin que puedan tener apenas acceso a nada más”.
-Política de asentamientos y demoliciones: consiste en quitar propiedades de los palestinos mediante trampas jurídicas, que permite a los israelíes reivindicar tierras y propiedades desde 1948. Así mismo, se ejerce la confiscación sin previo aviso de “estructuras móviles” palestinas y a través de “órdenes militares” quitar los asentamientos de estos, para ser reemplazados por las colonias judías.

La destrucción actual: hambre y delitos de lesa humanidad
Las imágenes son golpeantes: a lo lejos un barrio residencial en Gaza, y, de repente, una bomba israelí atraviesa el cielo y lo impacta. Mueren 54 personas, entre ellos, nueve de 10 hermanos, y el décimo, queda mal herido. Todos son hijos de los médicos Hamdi Al Najjar y de su esposa, la doctora Alaa Al Najjar. Los profesionales oyeron la bomba que caía y corrieron a su casa, muy cercana, para encontrar los cuerpos sin vida de su progenie. El ejército israelí manifiesta cínicamente que “examinará daños civiles”.
En tanto, en varias zonas de Gaza los camiones con alimentos son detenidos y quemados. O son detenidos antes de llegar a su ruta humanitaria. En estos momentos, Israel ahoga de hambre y muerte a la población palestina gazatí con brutales bombardeos diarios, donde mueren alrededor de 100 mujeres y niños diariamente. Los hombres corren tras los camiones de alimentos que, de manera residual y muy contados, dejan pasar las fuerzas militares israelíes. La inanición se ha constituido en otro método de guerra. Ante esta guerra infame, la Corte Penal Internacional ha emitido orden de arresto contra Benjamín Netanyahu y otros funcionarios por crímenes de guerra y lesa humanidad.
Y, en este sentido, los bombardeos indiscriminados a cualquier ser humano, con la estúpida excusa de “atacar a líderes de Hamás” que se esconden en escuelas u hospitales, hace parte del cinismo político que Benjamín Netanyahu ha impuesto desde su primer gobierno de los años 90 del siglo pasado, como primer ministro, luego de serlo cuatro veces anteriormente.
Existen muchos epítetos para Netanyahu (al igual que para Vladimir Putin). Pero las ironías y las paradojas de la Historia son muy dicientes: paradoja, porque Israel (encarnado ahora Netanyahu), pasó de una nación de emigrantes y perseguidos judíos, a convertirse, rápidamente, con el apoyo de Estados Unidos, en un país verdugo. Irónico, porque los países europeos, reyes de las “libertades”, las “igualdades” y la “fraternidad” envían apoyos de “dientes para afuera”.

De esta manera, lo monstruoso no es solo que el mundo no pueda hacer nada, que las redes denuncien y la ONU condene con muchas palabras, como muchos otros países. Lo monstruoso moral, ético y político, lo inhumano, son las condenas y juegos retóricos, irrisorios, pues los hechos y sanciones se quedan entre dientes, mientras los palestinos son masacrados en su propia tierra, asesinados por el hambre y la desesperanza de aquellos que damos solo un saludo a la bandera ante tanta ignominia.