El neozelandés Willis Meehan protagonizó una de las escenas más insólitas de la semana. El boxeador estaba propinando una golpiza a su contrincante Leamy Lakopo Tato y obligó al árbitro a parar la pelea para no seguir golpeando a su rival.

El video, publicado en Youtube, muestra cómo el campeón peso pesado de su país arrinconó a su rival en una esquina y no paraba de golpearlo ante la vista del réferi de la pelea. De un momento a otro Meehan detuvo la golpiza y le reclamó al árbitro por permitir que la pelea siguiera.

Meehan dominaba la pelea apenas en el segundo asalto. Lakopo Tato ya estaba sin energías y el árbitro no paró la pelea pese al estado del combatiente. Al final, el campeón paró y hasta abrazó a su contrincante.

El gesto del campeón fue aplaudido por la multitud y ha sido uno de los temas deportivos más comentados de la semana.