El Papa Francisco reúne a 100.000 jóvenes en Madagascar y les invita a no rendirse
Les dijo que nunca se aíslen y que no se dejen seducir "por las promesas que adormecen y quitan vitalidad".
El Papa Francisco reunió este sábado a cientos de miles de jóvenes y familias en una enorme explanada en Antananarivo para celebrar una vigilia y les pidió que no se rindan y que piensen que se pueden cambiar las cosas a pesar de la falta de oportunidades de estudio, trabajo y la injusticia social.
"No se equivocaron quienes me dijeron que vosotros tenéis una alegría y entusiasmo extraordinario", dijo el Papa Francisco a la juventud malgache, que bailó y cantó durante todo el acto y no dejó de corear en español "esta es la juventud del Papa".
Tras escuchar algunos testimonios, el Papa aseguró que el Señor "no nos llama por nuestro pecado, por nuestros errores, equivocaciones, limitaciones, sino que lo hace por nuestro nombre, cada uno es precioso a sus ojos".
Mientras que "el demonio, sin embargo, sabiendo nuestros nombres prefiere llamarnos y recordarnos continuamente nuestros pecados y errores".
Recordó a los jóvenes que "se puede errar en el camino y correr detrás de espejismos que nos prometen y encantan con una felicidad aparente, rápida, fácil e inmediata, pero que al final dejan el corazón, la mirada y el alma a mitad de camino".
En Madagascar el 35 % de la población es católica y existe una fuerte presencia de la Iglesia en el sector de la educación con 6.453 centros donde estudian 698.044 estudiantes, según las estadísticas proporcionadas por el Vaticano.
A los jóvenes les dijo que no se dejen seducir "por las promesas que adormecen y quitan vitalidad, alegría y nos vuelven dependientes y encerrados en un aparente círculo sin salida y lleno de amargura".
Y que llevan a pensar: "Es así, nada puede cambiar y nadie puede cambiarlo", dijo.
Un pensamiento que es aún más duro cuando como en Madagascar "las oportunidades efectivas para estudiar no son suficientes, o para aquellos que experimentan que su futuro está atascado debido a la falta de trabajo, la precariedad y las injusticias sociales, y entonces tienen la tentación de rendirse", agregó Jorge Bergoglio.
Francisco les aseguró que "Dios es el primero en desmentir todas las voces que buscan adormecernos, domesticarnos, anestesiarnos o silenciarnos" para que no busquen nuevos horizontes.
"El Señor es el primero en confiar en vosotros y os invita a que también confiéis en vosotros mismos, en vuestras habilidades y capacidades que son muchas", dijo el Papa.
Y les invitó a no tener miedo a "ensuciarse las manos".
Otro de los consejos que dio el Papa fue: "¡Nunca aislarse o querer estar solos!", al asegurar que es una "de las peores tentaciones que podemos tener".
Durante la tarde, Francisco se reunió con los obispos del país y les aseguró que "no se puede decir que la religión debe recluirse en el ámbito privado y que está solo para preparar almas para el cielo".
"Nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin que influya en la vida social y nacional", agregó.
El Papa comenzó su agenda en Madagascar con una visita al presidente y las autoridades del país, donde denunció la deforestación que se está produciendo en el país.
Señaló que la riqueza natural del país, con una enorme biodiversidad vegetal y animal, se encuentra en peligro por "la deforestación excesiva en beneficio de unos pocos" y "su degradación compromete el futuro del país y el de nuestra casa común".
"Las últimas selvas están amenazadas por los incendios forestales, la caza furtiva, la tala desenfrenada de árboles de maderas preciosas. La biodiversidad vegetal y animal está en peligro por el contrabando y las exportaciones ilegales", denunció Francisco.
EFE