Descubren variantes de ADN que influyen en la esclerosis múltiple
Resultados apuntan en última instancia al desarrollo de nuevos tratamientos para combatirla a largo plazo.
Científicos de la Universidad de Radboud, en la ciudad holandesa de Nijmegen, aseguraron este lunes haber descubierto múltiples variantes de ADN que indican un mayor riesgo de desarrollar Esclerosis Múltiple (EM), lo que les permitirá llevar a cabo una investigación más específica sobre esta enfermedad.
En un comunicado, el National MS Fund, institución holandesa que recauda fondos para financiar investigaciones de tratamiento y cura total para la EM, explicó que el descubrimiento más importante es una variante genética en el llamado MBP, proteína básica de la mielina, que indica un mayor riesgo de desarrollar la esclerosis.
Por una reacción autoinmune del cuerpo, en la cual se forman anticuerpos contra la proteína MBP, la capa protectora alrededor de los nervios (mielina) es atacada y dañada, y como resultado, los nervios están expuestos y son incapaces de transmitir señales hacia y desde el cerebro, lo que conduce a la parálisis.
Los científicos han comparado el ADN de miembros de la familia con EM, con el de los familiares sanos, y al analizar estos perfiles descubrieron diferentes variantes genéticas que influyen en el desarrollo de la enfermedad, lo que constituye "la base de la investigación de seguimiento".
Según Geert Poelmans, investigador asociado del Departamento de Genética Humana, los resultados de la investigación de seguimiento "apuntan en última instancia al desarrollo de nuevos tratamientos para combatir la EM a largo plazo", usando las células de la piel de los pacientes con EM para cultivar células madre, lo que podrá llevar dos años de estudios con un coste aproximado de 750.000 euros.
La EM es una enfermedad del sistema nervioso central que interrumpe el flujo de información dentro del cerebro y entre el cerebro y el cuerpo, y, aunque se desconozca todavía su origen, los científicos creen que una combinación de factores ambientales y genéticos contribuyen al riesgo de desarrollarla.
EFE