En la iglesia Santa María Magdalena de Masaya, Nicaragua, fieles rinden homenaje a San Lázaro, protector de los animales, llevando a sus mascotas ataviadas para agradecer milagros y pedir su bendición, en una celebración llena de promesas, esperanza y devoción arraigada en la cultura popular del país centroamericano.
Rabito, un pequeño perro salchicha de apenas un año, destacaba entre la multitud, ataviado con un esmoquin negro y una gorra. Su presencia no pasaba desapercibida en la iglesia Santa María Magdalena, en Masaya.
A su lado, su dueña, Natalia Roa, lo sostenía con ambas manos y lo acariciaba con ternura, mientras las lágrimas le corrían por las mejillas.
“Estuvo bien enfermo de ehrlichia (una enfermedad mortal transmitida por las garrapatas y que afecta a los perros) y se sanó gracias a Dios y a San Lázaro”, contó a EFE la conmovida dueña del canino.
Era su primera vez en las festividades, y llegó con una promesa: presentar a Rabito ante el santo como agradecimiento.
“Le pido a San Lázaro que me lo preste por muchos años”, comentó entre lágrimas.
La devoción hacia San Lázaro de cientos de fieles se manifestó este domingo, al llegar a rendirle homenaje al llamado 'santo de las mascotas', llevando a sus animales ataviados con trajes de gala, disfraces creativos y hasta atuendos religiosos, en una tradición profundamente arraigada en la cultura popular nicaragüense.
Las promesas también se entrelazaban con la esperanza. Chester, dueño de Estrella, una chihuahua preñada, llegó a pedir que el parto y los perritos salieran bien.
Chester ha asistido a la festividad durante varios años, siempre con fe y gratitud.
Estrella, como lo describe su nombre, brillaba con luz propia, lucía despampanante, con extensiones de pestañas, collar y un traje negro con perlas y brillos.
Como parte de la tradición, los fieles regalan bebidas y comidas durante la eucaristía que fue presidida por el Cardenal de Nicaragua, Leopoldo José Brenes.
EFE