El café hierve, y no solo en las tazas. La producción cae en Brasil, el consumo se dispara en Estados Unidos y los precios alcanzan máximos históricos. Entre sequías, plagas y tensiones comerciales, los grandes productores latinoamericanos se juegan su futuro en un mercado volátil.
Brasil, el mayor productor de café del mundo, enfrenta una reducción en su cosecha debido a condiciones climáticas adversas.
Sequías y heladas han impactado la producción desde 2021, y la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) prevé para 2025 una cosecha de 51,8 millones de sacos de 60 kg, un 4,4 % menos que el año anterior.
La Asociación Brasileña de la Industria del Café (Abic) espera que los precios sigan altos, superando los 4 dólares por libra en los próximos meses, aunque podrían estabilizarse en 2026 si las condiciones mejoran.
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Colombia, tercer productor mundial de café arábica suave, mantiene a Estados Unidos como su principal mercado, ya que representa el 40 % de sus exportaciones.
"La historia demuestra que Estados Unidos ha sido, es y será el cliente número uno del café colombiano, porque los consumidores así lo han decidido", dijo el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), Germán Bahamón.
EE.UU. es el segundo mayor mercado del café después de la Unión Europea. Según la Asociación Nacional del Café, el consumo diario de café alcanzó su punto más alto en veinte años en 2024.
La tendencia de consumo ha ido al alza en los últimos años. Según una encuesta de Drive Research de principios de 2024, el 73 % de los adultos estadounidenses bebe café a diario, y aunque la mayoría prefieren hacerlo en casa, cerca de la mitad (51 %) compra esta bebida en una cafetería al menos una vez a la semana.