Perfil y rastro de la venezolana que buscan por asesinato del ‘Negro Argel’
Oriana Yelisa Gudiño Martínez, señalada junto a su hermano Johan del homicidio y robo al comerciante José Alfredo Noriega, era excelente trabajadora y despertaba simpatía por su buen trato.
Por Roberto Llanos Rodado
A principios del 2019 la figura menuda y agraciada de una joven vendedora de las tradicionales galletas griegas se hizo habitual para mucha de la gente que frecuenta el cruce de la calle 38 con carrera 43, pleno corazón del Centro de Barranquilla.
Poco tiempo después la imagen de aquella chica se hizo más común y reconocible, pues dejó de deambular y comenzó a trabajar de manera permanente en un salón de belleza informal situado en el andén occidental de la calle 38, a unos 50 metros de la carrera 43, camino hacia la carrera 44.
La veían dedicada al maquillaje de cejas, y al arreglo de pies y manos.
Muchos la trataron directamente, otros por lo menos la conocieron de vista; pero eso sí, todos quedaron perplejos cuando la fotografía de la muchacha apareció en medios de comunicación y redes electrónicas señalada como responsable, junto a un hermano, del asesinato de José Alfredo Noriega Hernández, el ‘Negro Argel’, reconocido empresario propietario del estadero ‘Donde Argel’.
De nacionalidad venezolana, Oriana Yelisa Gudiño Martínez, su nombre real, supo granjear excelentes relaciones con comerciantes, vendedores ambulantes, vendedores estacionarios, distribuidores de discos y población flotante que se mueve en esa agitada intersección como es la calle 38 (Caldas), con carrera 43 (20 de Julio).
Tan es así que cuando dejó de trabajar en el sitio de belleza se les abrieron fácil otras oportunidades laborales por ahí mismo: tres en comercios informales, y dos en establecimientos debidamente reglamentados.
“Antes de venirse para Barranquilla ella vivía en Bogotá, pero no le gustó por el frío, y entonces se vino para acá donde ya estaban dos de sus hermanos mayores. Eso hace como dos años y medio”, relató sobre los pasos de la mujer uno de sus amigos de la calle 38, quien pidió reserva de identidad.
Las galletas griegas con las que Oriana comenzó a ganarse la vida recorriendo palmo a palmo el Centro de la ciudad, se las entregaba un fabricante en el barrio Galán.
“Todas las mañana salía con una bolsa plástica en la espalda cargada de galletas. Regresaba a casa solo cuando vendía la última ‘griega’, era muy dedicada a lo que hacía”, añadió la fuente que la conoció unas cuantas semanas después del arribo de la extranjera a Barranquilla.
En uno de esos recorridos como vendedora ambulante la vida de Oriana Yelisa, de 26 años, tuvo un giro que tal vez no esperaba.
Un día cualquiera se encontró de casualidad con una prima de nombre Milagro, también de origen venezolano, que recién había comenzado a trabajar en el citado salón de belleza callejero en la 38.
La pariente se solidarizó con ella y le pidió al dueño del negocio que le permitiera trabajar allí.
Oriana se inició en la nueva labor, lo que le significó un respiro a las extenuantes jornadas de vendedora de galletas en el ardiente pavimento barranquillero.
Al mismo local llegó luego a trabajar un hermano de Oriana Yelisa, de nombre Jeyson, joven especialista en cortes de cabello.
"Este no es el señalado por las autoridades de participar en el asesinato del ‘Negro Argel’", aclaró el amigo de la mujer que habló con Zona Cero.
“Al que ahora buscan como cómplice de Oriana (Johan Gudiño Martínez), vino apenas este año, por ahí a inicios de enero y es más ‘pelao’ que ella”, contó también el hombre que logró conocerlos e identificarlos muy bien.
El recorrido en Barranquilla
Después de vender galletas y desempeñarse en asuntos de belleza con su prima Milagro, Oriana Yelisa pasa a otra actividad laboral en ese mismo sector.
Comenzó a trabajar como ayudante en la administración de un parqueadero de vehículos, situado diagonal al salón de belleza donde estaba antes.
“En el parqueadero permaneció como mes y medio, el jefe la despidió porque se perdieron $80 mil y no supo dar explicación”, dijo otra persona que la conoció, e igualmente pidió reserva de su nombre.
Al quedar sin oficio alguno la joven comenzó a callejear por el Centro, pero a los pocos días ya tenía enganche laboral en otro puesto informal de belleza, ahí mismo en la 38 con 43.
En este negocio conoció a Alonso Jiménez, propietario de la venta de discos y bebidas el ‘Bembé de Alonso’, uno de los sitios más populares en ese mismo punto del Centro de la ciudad, vecino del salón de belleza en el que Oriana llegó a laborar en ese momento.
Luego de tratarla por varias semanas y entablar una incipiente amistad, el comerciante le ofreció trabajo.
“Me dijo que estaba inconforme donde estaba, y como se le veía seria, con ganas de ‘camellar’, le propuse que se viniera para acá pagándole $25 mil diarios”, contó Jiménez.
“Aceptó enseguida, y tengo que decir que resultó muy buena empleada, nunca tuve quejas de ella, su comportamiento siempre fue serio y responsable en la atención a los clientes y manejo de la plata”, añadió.
Conoce al ‘Negro Argel’
Precisamente en el ‘Bembé de Alonso’ es donde el ‘Negro Argel’ se relaciona por primera vez con Oriana Yelisa Gudiño Martínez.
Sucedió la tarde de un sábado de 2019, cuando el empresario sacó un rato de sus ocupaciones y decidió compartir con varios amigos una botella de whisky, escuchando salsa en el citado negocio.
La encargada de atenderlo fue justo la venezolana, y al poco rato surgió entre ellos el vínculo amistoso.
“Es que ella era atractiva y de buen trato, y con eso ganaba amigos facilito”, manifestó también Jiménez.
Ese carisma que le despertaba simpatía entre los clientes, sumado a un buen servicio en el trabajo, fueron carta de presentación que la llevó después a laborar en un establecimiento formal e igualmente reconocido en el Centro, el estadero Milán.
Funcionaba en la misma calle 38, pero entre carreras 41 y 43, propiedad del comerciante Pedro Vargas.
Sus tareas eran las mismas de donde Alonso, atender a los clientes que visitaban el sitio a tomar cerveza, escuchar y bailar salsa dura.
Estando en el Milán se volvió a encontrar con José Alfredo Noriega Hernández, quien llegó de casualidad al negocio.
En ese reencuentro, tras rememorar la amistad surgida en el ‘Bembé de Alonso', Noriega le ofreció trabajo en su estadero ‘Donde Argel’, calle 46 con carrera 21, uno de los más tradicionales del circuito salsero de Barranquilla.
Allá la joven también se dedicó a la atención de la clientela, y por el magnífico comportamiento que venía mostrando afianzó la amistad con el comerciante.
Pero el 16 de marzo del 2020, cuando la Alcaldía expide el decreto 0373 que cierra los establecimientos de atención al público para contener el Covid 19; Oriana Yelisa queda cesante pues la medida cobija a los estaderos.
Entonces el ‘Negro Argel’, en un gesto solidario y teniendo en cuenta el desempeño ejemplar observado por la muchacha, le ofrece trabajo en labores domésticas de su propia casa, situada a pocos metros del estadero.
Seis meses después, el primero de octubre del año pasado, cuando se produce la reapertura comercial y el negocio vuelve a abrir las puertas, Oriana regresa al estadero a trabajar los fines de semana como mesera, al tiempo que sigue en funciones domésticas en la residencia del ‘Negro Argel’.
Para este tiempo la mujer tenía plenamente ganada la confianza de su patrón, y por eso en enero del 2021 se atrevió a solicitarle que vinculara a trabajar en el estadero a su hermano Johan, que acababa de llegar a Barranquilla desempleado.
El joven, de 21 años, hacía parte de la ola migratoria procedente de Venezuela que a cierre del 2020, según Migración Colombia, era de un millón 729 mil 537 personas, 160.736 en el Atlántico, y de estas 96.360 en la capital del departamento.
José Alfredo Noriega Hernández no vio con malos ojos la petición de su empleada de confianza, y encargó al recién llegado la labor de cantinero, una de las funciones claves y de mayor responsabilidad en la operatividad de este tipo de negocios.
Los investigadores judiciales tratan de establecer si es a partir de la llegada de Johan al estadero, y por sugerencia de este, que los hermanos comienzan a urdir el plan del robo al ‘Negro’.
También analizan otra hipótesis, si fue Oriana la que maquinó todo e invitó a su hermano para que la secundara en el ilícito que terminó con el brutal asesinato de Noriega Hernández.
Igualmente intentan conocer si hay un tercer hermano partícipe en la trama criminal.
Como ya se ha informado, la pareja de migrantes fue captada en imágenes de video cuando asfixian con una almohada al Negro Argel mientras este dormía, y luego proceden a robarle.
Los hechos ocurrieron entre las 11 de la noche del martes 11 de mayo pasado, y las 2 de la madrugada del miércoles 12, en la residencia de la víctima situada en la calle 46 No. 20 -163, barrio San José.
De acuerdo con las pesquisas iniciales de las autoridades, los hermanos Gudiño Martínez se habrían apoderado de unos 40 millones de pesos en efectivo que el ‘Negro Argel’ guardaba en tres cajas fuertes, además de un lote millonario de joyas, un revólver y otros objetos de valor.
Hasta el momento la Policía, la Fiscalía y el CTI no han reportado avances en la investigación para dar con la captura de la pareja, no obstante la recompensa de $5 millones ofrecida para ayudar a su localización.
Un detalle inédito que no ha trascendido a medios de comunicación es que luego de perpetrar el asesinato y el robo, Oriana Yelisa y Johan abordaron un taxi con el millonario botín y se dirigieron al sector del barrio Montes conocido ‘el barrio chino’, donde residían otro hermano de ellos y la esposa de este.
La pareja los esperaba con las maletas listas, y esa misma madrugada los cuatro habrían abordado otro vehículo rumbo a Maicao (La Guajira), de donde se presume pasaron a territorio venezolano.
Más sobre Oriana Yelisa
Los que conocieron a Oriana Yelisa Gudiño, y de alguna manera intimaron con ella, recuerdan que se vieron sorprendidos cuando se supo la noticia y su vinculación al execrable hecho.
“Siempre nos pareció una ‘pelada’ decente, buena gente, nunca dio muestras de ser de mala reputación. La apreciábamos tanto que en una ocasión le hicimos una colecta porque se enfermó de un oído y no tenía plata para los remedios”, dijo uno de los clientes del ‘Bembé de Alonso' que la trató en varias oportunidades.
“Incluso, en otra ocasión también se le reunió dinero para las medicinas de un hermano al que lo picó un ciempiés”, sostuvo esta misma persona.
Sobre su apariencia física otro de los conocidos la definió como una chica muy atenta a su presentación personal.
“Tenía mucho cuidado al vestir, combinaba bien la ropa, y aunque eran prendas sencillas y baratas las sabía lucir y daba buen aspecto”, sostuvo.
Alonso Jiménez afirma que recuerda a Oriana Yelisa con una frase que citaba con cierta frecuencia: “Vine a Colombia a trabajar por mis dos hijos, y por mi mamá…”.
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