El reloj marcaba las 11 y 50 de la mañana del viernes 30 de septiembre del 2016. José Francisco Muñoz Gómez, Coordinador de la URI en Soledad, tal vez intuyendo que lo perseguían, hundió el acelerador de su Chevrolet Optra gris. Pero no pudo hacer mayor cosa. Un zapatico le cerró el paso en la calle 18 con carrera 37B, de Soledad, y frenó el vehículo. En el taxi viajaban el conductor, 'Jader', y una mujer conocida como la 'Mona', compañera sentimental de alias ‘Juanchito’.

Detrás del zapatico apareció una moto AX4, de placas MNG 80D. Iba conducida por Arturo José Andrade Rodríguez, alias ‘Churria’. El parrillero descendió armado e intentó abrir en forma violenta la puerta del vehículo donde se desplazaba el funcionario judicial. Éste, desde el interior, disparó en seis oportunidades a sus atacantes con su arma oficial, una Pietro Beretta, pero no impactó a ninguno de ellos.

Con una pistola 45 en la mano, el parrillero,   a quien posteriormente identificaron como Juan José Flores Méndez, alias ‘Juanchito’, disparó en tres oportunidades su arma mortal, causándole la muerte en el acto al Coordinador de la URI.

¿Fleteo o sicariato?

Los abogados defensores e investigadores de los confesos homicidas, alegan que se trataba de un fleteo. Los imputados, (todos coindicen en la misma versión) sostienen que se equivocaron de carro. Esta versión está siendo investigada por la Fiscalía en Barranquilla.

Ese viernes 30 de septiembre del 2016, José Francisco dejó temprano su hogar en el barrio Las Nieves, donde vivía con su esposa e hijos. Se aventuró en la densa movilidad del suroriente y llegó raudo a la sede del CTI de la Fiscalía en Barranquilla. Tras adelantar algunas diligencias de rigor y presentar sus informes, decidió trasladarse a su sede en Soledad.

Ese mismo día, la banda de fleteros ‘Los cascones del 7 de abril’ habían madrugado a ‘camellar’. Tenían todo dispuesto a arrebatarle, a sangre y fuego, a un comerciante, mayorista de pescado, la suma de 120 millones de pesos que recibiría en el mercado del pescado.

Para ello habían asignado a alias ‘Anuar’, para que ‘marcara’ al comerciante que iba a recibir el dinero.

‘Anuar’ lo siguió desde la plaza del pescado, después por toda la calle 10 y cruzó por Cervecería Águila. Al abordar la calle 17, se bifurcó la ‘vuelta’.

¿Cosas del destino?

A esa misma hora, en un vehículo parecido, apareció en su Chevrolet Optra, José Francisco, quien se dirigía a su oficina en Soledad. Había salido a 11 de la mañana del CTI en la calle 53B número 46 - 50, en Barranquilla.

Alegan los abogados defensores e investigadores de los imputados y confesos asesinos, que el ‘marcador’ se confundió con el carro de la víctima y reportó como tal al de José Francisco.

Tomaron la calle 17 de Barranquilla hasta la glorieta de Simón Bolívar que sale hacia Santa Marta y entraron por la calle 18 de Soledad, hasta que encontraron la oportunidad para asestar el cobarde plan en la calle 18 con carrera 37B, de Soledad. Lácides Iriarte Herrera, alias ‘el Mama’, también se bajó de la motocicleta Discovery que manejaba Luis Alberto García Rangel,  alias ‘Cheito’, pero no disparó el revólver calibre 38 largo que llevaba.

Tras labores investigativas del CTI, Sijin y Fiscalía 11 de la URI, las autoridades inician las diligencias que dieron con las capturas.

Los cinco capturados, imputados por los cargos de homicidio agravado, porte armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Armadas y concierto para delinquir con fines de homicidio, se allanaron a los cargos y fueron cobijados con medida en centro carcelario.

Lácides Iriarte Herrera, alias ‘el Mama’ fue enviado a la cárcel Ternera, mientras que Juan José Flores Méndez, alias ‘Juanchito’; Luis Alberto García Rangel, alias ‘Cheito’; Arturo José Andrade Rodríguez, alias ‘Churria’, y Luis Fernando Ahumada Montenegro, alias 'Chiquitín', fueron recluidos en la cárcel Modelo de Barranquilla.

Las autoridades andan tras las pistas, con las respectivas órdenes de captura, del conductor ‘Jader’ y la ‘Mona’, quienes se encargarían de trasladar las armas y el dinero, y también de alias ‘Anuar’.

A todos les respiran las autoridades detrás de la nuca.

Fleteo o sicariato, esta peligrosa banda, ‘Los cascones del 7 de abril’, fue desmantelada y puesta tras las rejas, mientras que los restantes miembros, plenamente identificados,  se encuentran en desbandada. Fleteo o sicariato nada calma el dolor de una familia en el barrio Las Nieves.