Cristina Cantillo sabía que la iban a matar, pero no tenía suficiente plata para huir
“Hay orden de asesinarme, de meterse a mi casa, por el Clan del Golfo", escribió Cristina a una amiga, 3 meses antes de que la asesinaran.
Tres meses antes de que la asesinaran en la terraza de su casa, la líder social de la comunidad LGBT Cristina Cantillo ya sabía que la querían matar. Así se lo había hecho saber a varias personas cercanas.
Seguimiento.co conoció una de estas conversaciones, en las que Cristina habló con una persona de su confianza, a la que le confesó los temores que sentía por la orden que, al parecer, se había dado por parte del 'Clan del Golfo' para acabar con su vida. Asimismo, estaba muy preocupada porque, por un lado, se sentía desprotegida y, por otro, no contaba con suficientes recursos económicos para irse con toda su familia.
“Hay orden de asesinarme, de meterse a mi casa, por el 'Clan del Golfo'. Eso me tiene súper mal”, escribió Cristina a través de WhatsApp a una persona de su confianza.
La líder social se mostraba muy preocupada porque, según ella, la Policía le había quitado el custodio que hacía vigilancia permanente en su casa.
“Me siento muy mal. No sabes lo que estoy pasando y las autoridades no hacen nada”, escribió Cristina a su amiga.
Cinco días después, el 30 de agosto, Cristina habló con su contacto después de terminar una reunión con la dirección de la Policía Metropolitana de Santa Marta.
“Acabo de salir de una reunión con el coronel y me dicen que no nos pueden colocar el policía de nuevo. Aquí voy en un taxi, me quedé sin gasolina el sábado de Efecty en Efecty, porque solo tenía un poquito”, le dijo la lideresa al amiga.
Cristina hablaba con su amiga de la necesidad imperante de salir de la ciudad.
“Nena, yo me tengo que ir con mi familia”, escribía, sin embargo, también manifestó su preocupación pues sentía la necesidad de irse con los ocho integrantes de su familia.
Los cálculos que Cristina hacía para huir de su casa eran de un millón 800 mil pesos y, según lo hizo saber, no tenía esos recursos para poder irse.
“Me retiraron el carro y un escolta hoy. Eso me tiene muy asustada. Para irme con mi familia falta recurso, pero si no alcanzo a reunir más, me mudo de por aquí amiga”, escribió la líder LGBT.
Tres meses y cinco días después de escribir esos mensajes desesperados, hombres armados llegaron hasta la puerta de su casa y le segaron la vida de varios disparos.