En la habitación que servía de residencia a Pablo Pérez Machado todavía quedaba un fuerte olor a poliestireno expandido (icopor) quemado, a pesar de que el incendio que consumió parte del dormitorio se había apagado hacía horas.

De un tomacorriente en la pared del fondo salía una mancha tiznada hacia el techo. Se presume que ahí se produjo un corto circuito que encendió el plástico del enchufe de un abanico. El fuego subió por el cable, quemó el aparato eléctrico y el cielo raso.

La alcoba de unos cuatro metros de largo por tres de ancho está ubicada en el patio de una casa en el barrio Chiquinquirá, en la calle 37 con carrera 27, en el centro de Barranquilla. En el interior hay un baño y unas sillas plásticas verdes que usaba para sentarse debajo de un árbol de mango.

En la vivienda viven una sobrina y su hijo, un hermano de Pérez Machado, quien al igual que el fallecido sufre de una discapacidad cognitiva, y un hombre que los cuida.

El cadáver fue encontrado a las 5:30 de la mañana de este jueves, escondido debajo de la cama carbonizada en la que dormía. Luego de una revisión se descartó que la muerte haya sido causada por quemaduras, sino que se presume que el hombre inhaló una gran cantidad de humo que le produjo ahogamiento. Las llamas ya estaban apagadas y la puerta de anjeo del cuarto estaba consumida.

Según los familiares del hombre de 55 años, el incendio debió iniciar en la madrugada y se propagó por el techo. Los investigadores presumen que Pérez, quien sufría de esquizofrenia, debió haberse escondido debajo de la cama y aspiró el humo hasta que falleció.

Producto de la intensidad del fuego una tubería se derritió y comenzó a botar agua hasta que apagó el incendio.

El cadáver fue trasladado a la morgue de Medicina Legal para hacer un análisis y confirmar las causas del fallecimiento de Pablo Pérez Machado.