La Corte Suprema de Justicia resolvió las solicitudes de nulidad y prescripción en el proceso que se adelanta contra el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, por presunto tráfico de influencias. El caso, que se remonta a su periodo como concejal de Bogotá, continuará, aunque con una preclusión parcial.

Según el escrito de acusación, entre 2008 y 2009, Sanguino habría utilizado "indebidamente influencias derivadas del ejercicio de su cargo" en beneficio propio y de un tercero, identificado como Héctor Julio Gómez.

Gómez, supuestamente, intervino para el nombramiento de un gerente en el Hospital de Usme y posteriormente influyó en la adjudicación de un contrato millonario a una persona de su confianza. 

El alto tribunal determinó que los hechos ocurridos en 2008 ya han prescrito, por lo que ordenó la preclusión parcial del proceso. Sin embargo, el caso continuará por los hechos relacionados con el año 2009.

La decisión de la Corte advierte que contra este auto proceden los recursos de reposición y apelación, lo que podría generar un nuevo desarrollo en el proceso judicial.