Joaquín Baena.
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Tres caminos, un mismo destino: Pacto Histórico, Consulta de candidatos y Frente Amplio

Un análisis del panorama del Pacto Histórico de cara a las elecciones.

Por: Joaquín Baena Arévalo

En medio del complejo panorama político colombiano, emergen tres procesos que, aunque distintos en forma, están conectados por un propósito común: transformar el país. El Pacto Histórico, la Consulta de candidatos y el Frente Amplio son tres vagones de un mismo tren que avanza, con matices y tensiones, hacia un horizonte de cambio.

¿Qué es el Pacto Histórico?

El término "pacto" proviene del latín pactum, que significa convenio o tratado solemne. En el ámbito político, implica acuerdos entre actores diversos que comparten un objetivo y se comprometen a reglas comunes de juego. Bajo esta lógica, partidos como Colombia Humana, Polo Democrático, Unión Patriótica, el Partido Comunista y otras organizaciones acordaron construir el Pacto Histórico.

Este pacto les permitió alcanzar la Presidencia de la República y una presencia importante en el Congreso. No obstante, el objetivo se logró solo parcialmente, ya que no se obtuvieron las mayorías legislativas necesarias. Como resultado, muchas iniciativas del gobierno han sido bloqueadas, modificadas o simplemente archivadas.

De cara a las elecciones de 2026, estas mismas fuerzas han decidido dar un paso más: renunciar a sus personerías jurídicas para conformar un partido único. Aunque diverso en sus tendencias internas, este nuevo partido alternativo buscará unidad en su estrategia coyuntural: conquistar nuevamente la Presidencia y fortalecer su representación en el Congreso.

Consulta de candidatos: el primer gran filtro

La consulta del 26 de octubre de 2025 será un momento clave. Abierta a toda la ciudadanía, esta consulta definirá al candidato presidencial del nuevo partido único. Pero hay claridad desde ya: Roy Barreras no participará. Su apuesta está en el Frente Amplio, una alianza más amplia y estratégica, que se definirá en marzo de 2026.

La consulta de candidatos permitirá, según los resultados de la misma, el orden en las listas tanto de Senado como de Cámara de Representantes y será en forma de cremallera, esta consulta será vigilada por un organismo de ética interna que deberá garantizar la transparencia del proceso y evitar que se cuelen candidatos que no representen los valores del proyecto alternativo. No se trata de abrirle la puerta a cualquiera. Se espera que quienes participen tengan una trayectoria democrática comprobada. La dedocracia, con o sin consulta, es un riesgo real. Y no hay solo un "gato hay varios gatos “

Este será el primer gran tamiz para escoger a quienes podrán representar el ideario colectivo del cambio.

El Frente Amplio: todos juntos, pero no revueltos

El Frente Amplio es una apuesta mayor. Allí se enfrentarán el candidato electo en la consulta con figuras como Roy Barreras y otros sectores que, sin ser petristas o de izquierda ortodoxa, comparten la necesidad de un cambio estructural en la política colombiana.

El Frente no exige homogeneidad ideológica, pero sí coincidencias estratégicas. Como enseñó Lenin en ‘La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo’, en política se requiere claridad entre la estrategia final y las tácticas coyunturales. Es posible tener caminos distintos, siempre que se marche hacia un objetivo común.

Las alianzas, si bien inevitables en ciertos momentos, deben estar guiadas por principios. Sin ellos, la unidad se convierte en una farsa. En ese sentido, el Frente Amplio no solo busca ganar elecciones, sino ampliar la base social del cambio, sumar nuevas voces y darle un carácter realmente plural al proceso político.

Romper la hegemonía: una tarea pendiente

Vivimos en una sociedad enajenada, controlada por poderes que van más allá de lo político. Son los dueños de los medios de producción, del capital financiero, de los medios de comunicación y de los contenidos educativos. Romper esa hegemonía cultural y simbólica no es tarea fácil.

Por eso, este proyecto de unidad alternativo no se trata de hacer estallar el sistema al estilo marxista-leninista, sino de abrir nuevas rutas democráticas, de participación ciudadana y de justicia social. No es una revolución en el sentido clásico, pero sí una transformación profunda y necesaria.

En el Atlántico: ya empiezan a sonar nombres para las próximas elecciones legislativas. En el Senado, destaca Pedro Flórez, con una labor sobresaliente en la Reforma Laboral y la regulación de la inteligencia artificial. También aspira el actual representante Agmeth Escaf.

En la Cámara, se perfilan figuras como Andrea Vargas, joven líder con fuerte trabajo social; Raigail Romero, cercano a Gustavo Bolívar; y Jaime Santamaría, filósofo, politólogo y presidente encargado del Polo Democrático, con gran respaldo en Barranquilla y municipios como Puerto Colombia.

Conclusión: el reto de construir con diferencias

El camino hacia el cambio no es recto ni homogéneo. Requiere diálogo, acuerdos y, sobre todo, claridad en los principios. El Pacto Histórico, la Consulta de candidatos y el Frente Amplio son herramientas para articular ese cambio.

Se puede estar juntos sin estar revueltos. Se puede avanzar sin renunciar a la diversidad interna. El verdadero reto está en no perder de vista el objetivo estratégico, sin permitir que las tácticas coyunturales diluyan la esencia del proyecto.

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