Granada de alto poder activada cayó en Manzanares tras explosión del batallón
Parte de un mortero también cayó en una casa ubicada a menos de un kilómetro del lugar de la explosión.
Hernando Rodríguez, un hombre de 55 años que se gana la vida vendiendo fritos, tuvo un motivo para asustarse más de lo que ya estaba con los continuos estruendos que desde las 8:30 a.m. habían comenzado producto de los estallidos del depósito de explosivos del batallón Córdova.
A eso de las 9 de la mañana, tras una fuerte explosión, otro estruendo hizo temblar la casa de este hombre, que vive con su hija de 17 años.
“Yo en ese momento estaba solo en la casa. Después de una explosión, como a eso de las 9 de la mañana, la casa tembló. Me fui para el patio y todo estaba negro en el piso, la teja del cuartico del patio tenía un hueco y la pared también”, relató el hombre.
El hecho sucedido en la casa del señor Hernando dio de qué hablar en el barrio. Enseguida, varios vecinos llegaron hasta el lugar y cargaron el resto de la granada de mortero. Un hombre que vende productos en una tienda a pocos metros la tomó en sus manos y grabó un video que en poco tiempo se viralizó por las redes de WhatsApp.
Aunque la situación de Hernando no fue la única, ni la más grave. Horas después, una granada de referencia MI-105 aterrizó en la carrera tercera (la misma de la casa de Hernando), con calle 33.
Apenas los moradores del barrio dieron aviso a las autoridades, unidades del Ejército y la Policía acordonaron el lugar, a la espera de que llegaran expertos antiexplosivos para hacer la detonación controlada del artefacto.
Según Samuel Palacio, edil de la localidad 1, expertos que hicieron presencia en el lugar le informaron que se trataba de una granada de alto poder, por lo que era más conveniente detonarla en el lugar en vez de intentar transportarla. El procedimiento de detonación se llevó a cabo pasadas las 5 de la tarde, luego de evacuar a las personas de los alrededores.
Los vecinos de esta zona, muchos de ellos aglomerados en las calles a la espera de que detonaran la granada que cayó 600 metros más allá de la armería donde se encontraba depositada, relataron que restos de otro mortero también cayeron en la calle 30, con carrera 4, en un lote que funciona como taller mecánico.
Reparación para la familia afectada
Entretanto, en la casa averiada por el mortero, Hernando Rodríguez deposita su confianza en un documento firmado por el teniente coronel Róger Alberto Ocaña Cardozo, comandante del batallón Córdova, quien en un papel de cuaderno hizo un inventario de los daños y prometió que en dos o tres días volverían a reparar los daños ocasionados en la casa.
“Yo vivo de vender fritos y hoy ni mañana podré venderlos. Ni siquiera tengo luz porque el mortero ocasionó un corto en la casa. ¿quién me va a responder?”, dice Hernando, mientras espera como todos, que detonen la otra bomba que cayó a una cuadra de su casa, y que puso en riesgo la vida de todos.