Este martes será el acto simbólico que da por finalizada la entrega de armas de las FARC
Se realizará en la zona veredal transitoria de normalización (ZVTN) de Buenavista, en Meta.
Colombia vivirá mañana una jornada histórica cuando en un acto simbólico en uno de los antiguos fortines de las FARC se dé por concluida la dejación de armas por parte de esa guerrilla, que más adelante se convertirá en un partido político.
El acto tendrá lugar en una de las áreas de reunión de las FARC, la zona veredal transitoria de normalización (ZVTN) de Buenavista, también llamada La Guajira y ubicada en Mesetas, municipio del departamento del Meta, cuya capital es Villavicencio.
El Gobierno estará representado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien el pasado viernes en París, durante una visita de Estado a Francia ya proclamó el fin de las FARC como grupo armado, y por esa guerrilla estará su máximo jefe, Rodrigo Londoño, alias "Timochenko".
El jefe de las FARC, que desde el mes pasado está instalado en la ZVTN de Caño Indio, en Tibú, municipio de la convulsa región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, viajó hoy a Mesetas para el acto de dejación de armas en manos de la ONU.
"Nos despedimos de Caño Indio y vamos rumbo a Mesetas para ser parte de un momento histórico para Colombia", escribió en su cuenta de Twitter.
Otro jefe de las FARC, Julián Gallo, alias "Carlos Antonio Lozada", afirmó que ya están Buenavista (Mesetas) "preparando todo para el evento del 27 de junio".
El Meta es una de las regiones con más presencia de las FARC y de las que más sufrió el conflicto armado, y prueba de ello es que de las 26 ZVTN donde las FARC están dejando unas 7.000 armas y preparando su desmovilización, tres están en ese departamento, en las localidades de Mesetas, La Macarena y Vista Hermosa.
Allí arreciaron en el pasado las balas guerrilleras, paramilitares y del Ejército y la Policía y ahora se han multiplicado los esfuerzos para hacer olvidar el conflicto.
En esa región de los Llanos Orientales, uno de esos territorios donde se puede perder la vista en la inmensa planicie, las FARC también sembraron el terror con una de sus armas más mortales: las minas antipersona.
Tanto es así que en toda el área de Mesetas comenzaron a trabajar las unidades militares especializadas y los equipos internacionales para tratar de limpiar el territorio de unos explosivos que han condicionado la vida y el trabajo agrícola de los habitantes.
En una de las veredas (aldeas) que componen Mesetas, la de Santa Helena, trabajaron sin descanso para convertirla en la segunda del país en quedar libre de minas y dar una nueva vida a los pobladores.
Será, por tanto, un acto cargado de simbolismo por el contexto geográfico pero también temporal.
Después de medio siglo de conflicto armado, cuatro años de diálogos de paz, un plebiscito que puso en riesgo el proceso y siete meses del implementación del acuerdo, por fin verán los colombianos cómo la guerrilla más antigua de América Latina entrega la última de sus armas personales.
Esa es la imagen que debe pasar a la historia, así como la que dejaron en los años 90 otras guerrillas como el Ejército Popular de Liberación (EPL), de origen maoísta, o el indigenista Movimiento Armado Quintín Lame.
Pero sobre todo, la imagen que más recuerdan los colombianos fue la del máximo líder del Movimiento 19 de Abril (M-19), Carlos Pizarro, ordenando a sus hombres dejar las armas y posteriormente envolviendo su pistola en la bandera de Colombia para desarmar a esa guerrilla, la única que ha tenido cierto peso político sin armas.
Esa es también la imagen que han querido evitar las FARC, puesto que consideran que puede ser interpretada como la rendición de una guerrilla que, tanto militar como socialmente, está muy lejos de su mejor momento.
Hasta el momento lo único que han podido ver los colombianos de la dejación de armas ya casi conclusa de las FARC, fue un breve instante el pasado 13 de junio en otra ZVTN, la de La Elvira que forma parte del municipio de Buenos Aires en el Cauca.
Allí un observador argentino de la Misión de la ONU recibió ante las cámaras oficiales, en un acto al que no tuvieron acceso los periodistas congregados, seis armas de las FARC.
En la escena, notablemente coreografiada, no había ningún guerrillero, aunque varios centenares de ellos la seguían en un monitor cercano dentro de la propia zona veredal.
Mañana tendrá lugar la última escena, la que puede terminar con las suspicacias de quienes han criticado que el proceso se haga a espaldas de las cámaras.
Quedarán por recoger las armas que las FARC guarda en más 900 caletas (escondites) en diferentes parte del país, proceso que debe concluir a más tardar el 1 de septiembre.
EFE