Los obispos colombianos resaltaron este viernes su "alegría" por la beatificación del obispo Jesús Emilio Jaramillo Monsalve y del sacerdote Pedro María Ramírez Ramos anunciada hoy en el Vaticano como reconocimiento a sus "martirios" fruto de la violencia en el país.

"Ellos colocaron en primer lugar el amor a Dios y a los hermanos (...) hasta el punto de entregar su vida. Se convierten en modelo del seguimiento de Cristo en todo momento y circunstancia, también cuando hay que vencer el mal, el odio y la violencia a fuerza del bien", señaló la Conferencia Episcopal Colombiana en un comunicado.

Asimismo, el clero colombiano celebró que Roma reconozca las "virtudes heroicas" como "Siervo de Dios" de monseñor Ismael Perdomo Borrero, quien fue un arzobispo de Bogotá entre 1928 y 1950.

Los obispos colombianos expresaron su expectativa para conocer y anunciar el día y lugar de la beatificación de los mártires, ceremonia que, según confirmaron a Efe fuentes de la Santa Sede, tendrá lugar en la ciudad colombiana de Villavicencio el próximo 8 de septiembre durante la visita que el papa Francisco hará al país entre el 6 y el 10 de ese mes.

"Desde ya elevamos plegarias al Señor por la intercesión de ambos (mártires) para que Colombia alcance la reconciliación", manifestaron los obispos, quienes resaltan el valor de los futuros beatos en el proceso de paz que vive Colombia después que la guerrilla de las FARC, la más grande de América Latina, dejara las armas el pasado el pasado 27 de junio con un acto simbólico en la localidad de Mesetas, en el centro del país.

Monsalve, obispo de Arauca, fue asesinado por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) el 2 de octubre de 1989, cuando se encontraba en una zona rural de Arauquita.

Ramírez, el llamado "mártir de Armero", murió asesinado en esa ciudad el 10 de abril de 1948 durante la revuelta que siguió al asesinato del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán.

En la Iglesia católica, la declaración del "martirio" es decisiva para la beatificación, ya que entonces no es necesario reconocer un milagro.

EFE