Un final feliz tuvo la misión del taxista que se convirtió en el ángel de un anciano de 74 años que, en la noche del lunes, llegó procedente de Venezuela buscando a su familia.

Juan Antonio Medina Meza arribó hacia las 8 de la noche en un bus de la empresa Star. En ese momento, los taxistas que están ubicados en la estación La Isla en Simón Bolívar le ofrecieron sus servicios a los pasajeros que desembarcaban.

Y fue un hombre como Octavio Polo Santamaría, quien se define como alguien que "vino a servir al mundo", el que se le acercó al senil pasajero que llegaba de Venezuela. El anciano se subió al taxi, pero le dijo en el interior del vehículo que "no recordaba la dirección".

La decisión del taxista no fue bajarlo del vehículo ni dejarlo tirado con en el barrio Simón Bolívar con el pesado maletín que cargaba.

Inicialmente, Polo Santamaría recorrió las calles de Vista Hermosa, pero no ubicó las direcciones que le daba el pasajero. La noche caía y el taxista optó por llevárselo para su casa, a esperar el nuevo día e iniciar la misión de búsqueda de la familia Medina Sánchez.

Por las redes sociales se despertó la solidaridad de los barranquilleros y, con la publicación de Atlántico en Noticias y Zona Cero del número telefónico de Octavio Polo, durante la mañana y el mediodía recibió varias llamadas de personas que respaldaban la búsqueda y compartían la nota publicada. 

No contento con eso, en las instalaciones de Zona Cero, el taxista  auscultó en unos exámenes médicos que en su equipaje traía Medina. Allí se encontraron dos números telefónicos sin más datos que resultaron ser de un hermano de nombre Antonio en Caucacia, Antioquia, y  una hermana (Carmen) en El Bagre, también en Antioquia.

Fue Carmen quien le dio pistas al taxista de la familia de su hermano Juan Antonio. Ella suministró el nombre de Edimeth, uno de los seis hijos del anciano a quien llamó por teléfono y le pidió a Polo Santamaría que lo condujera a la calle 17 con carrera 12. A las 2 de la tarde fue la cita. Y ahí Edimeth recibió a su progenitor.

¿Cuánto le debo? Preguntó a Octavio. "Nada mi hermano somos hijos de Dios" respondió el taxista a quien no le importó no trabajar, pero con los ojos llorozos sintió la satisfacción del deber cumplido. Edimeth tomó un bicitaxi y partió rumbo al barrio La Chinita. Elanciano nos dijo que Juan Antonio le recordaba a su señora madre, de 93 años, con quien vive en su casa en la Ciudadela 20 de Julio.

Personas allegadas a Zona Cero le contribuyeron al taxista con un aporte correspondiente a su día de trabajo como taxista, para compensar el tiempo que, de manera desinteresada, invirtió en una loable acción que no cualquiera estaría dispuesto a hacer. 

*Octavio es un taxista que nunca pisó un aula de clases. Nunca fue a un colegio. Pero dice: "nacimos para servir". Su número telefónico es 3126297294