Barranquilla y el Atlántico: epicentro de desarrollo a través de eventos globales
Panelistas resaltan potencial de acontecimientos culturales, empresariales y deportivos como motores clave para el desarrollo local.
Destacadas figuras locales e internacionales resaltaron el potencial de los acontecimientos culturales, empresariales y deportivos como motores clave para el desarrollo local, en el marco del Foro de la OCDE que se desarrolla en Barranquilla.
Las intervenciones de Eduardo Verano De la Rosa, gobernador del Atlántico; Juan José Jaramillo, director de Carnaval S.A.S.; y María Camila Uribe, coordinadora de la red de ciudades del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros, convergieron en la idea de que la inversión en estos eventos trasciende el mero espectáculo, generando impactos económicos, sociales y ambientales significativos.
El Carnaval de Barranquilla: más allá de cuatro días de fiesta
Juan José Jaramillo, indicó que el Carnaval de Barranquilla ha evolucionado de un evento de cuatro días a una estrategia de desarrollo que opera los 365 días del año. Jaramillo destacó que "el Carnaval atrae a 800.000 turistas de 15 países, principalmente de Estados Unidos, Inglaterra y diversas naciones europeas".
Estos datos, según el directivo, son el resultado de la colaboración con la Alcaldía de Barranquilla y la Cámara de Comercio, lo que permite una medición precisa del impacto económico.
El director resaltó el rol del Carnaval como "una gran fuente de empleo y su capacidad para fortalecer el tejido social".
Mencionó el orgullo de que el Carnaval de Barranquilla sea la primera fiesta en Colombia con un sello de sostenibilidad, “lo que indica un compromiso hacia prácticas sostenibles”.
Como ejemplo, Jaramillo expuso una iniciativa en la que 2.450 metros de vallas publicitarias que solían desecharse, “ahora se transforman en 800 bolsas reutilizables que se venden, beneficiando a los comerciantes locales”.

Además, informó sobre un “programa de formación para más de 200.000 empleados, buscando profesionalizar a los trabajadores de las industrias tradicionales del Carnaval (…) y una colaboración con la embajada de Japón para desarrollar macrofiguras de cartón, una iniciativa que busca reducir el uso de componentes tradicionales y fomentar el trabajo artesanal”.
El objetivo final, según Jaramillo, es visibilizar a los "invisibles" —los artesanos y hacedores del Carnaval—, promoviendo su cohesión con la fiesta y convirtiéndolos en embajadores a través de giras nacionales e internacionales.
El BID: financiamiento y fortalecimiento institucional para el desarrollo local
María Camila Uribe, coordinadora de la red de ciudades del BID, coincidió en que el desarrollo económico local requiere una estrategia integral. Uribe explicó que el BID "apoya estas estrategias a través de préstamos, garantías y cooperación técnica a gobiernos nacionales y subnacionales (gobernaciones y ciudades)".
Mencionó como ejemplo una operación en Barranquilla para "financiar y restaurar los ecosistemas en la ciénaga de Mallorquín, resaltando la importancia de la sostenibilidad".
Uribe subrayó la necesidad de una visión a largo plazo y la coordinación entre sectores como pilares fundamentales. Atlántico:
Una visión integral de eventos globales
Entre tanto, el gobernador Eduardo Verano, reafirmó la importancia de los eventos globales no solo como espectáculos, sino como mecanismos de desarrollo local con impactos culturales, económicos y sociales. Verano de la Rosa hizo énfasis en cómo estos eventos unen a las familias alrededor de las danzas y procesos culturales.
El gobernador resaltó varios "hitos" para el Atlántico: el Carnaval, ser sede de la Selección Colombia, la Banda de Baranoa, y próximamente, ser sede del Giro de Rigo.
El mandatario también hizo hincapié en el Carnaval del Atlántico, una iniciativa para dar un escenario propio a las múltiples expresiones culturales de los municipios del departamento que históricamente nutrían el Carnaval de Barranquilla. Ejemplificó con los Coyongos, los Negritos de Santa Lucía y el desfile de la Muerte en Soledad, mostrando la riqueza cultural que ahora tiene su propia plataforma de visibilización y fortalecimiento.
En resumen, los panelistas coincidieron en que eventos como el Carnaval de Barranquilla, junto con otras iniciativas deportivas y culturales, son palancas estratégicas para el desarrollo sostenible del Atlántico, generando beneficios tangibles en lo económico, social y cultural, y posicionando a Barranquilla como un referente en el aprovechamiento de su riqueza cultural.