El Ejército llegó a la zona.
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EFE.

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Aumenta la tensión entre vecinos aislados por un brote de Covid en Italia

En estos bloques de viviendas, ocupados en su mayoría por inmigrantes búlgaros, se decretó una cuarentena de dos semanas el pasado lunes.

El incendio de una furgoneta durante esta madrugada ha provocado un aumento de la tensión entre los vecinos aislados en Mondragone, una localidad costera cercana a Nápoles (sur), declarada zona roja por un rebrote de coronavirus que ha llevado a la intervención del Ejército.

En estos bloques de viviendas, ocupados en su mayoría por inmigrantes búlgaros, se decretó una cuarentena de dos semanas el pasado lunes, después de registrarse un aumento de los contagios, que se sitúan en alrededor de 50 de entre los 700 habitantes.

Durante la noche un equipo de bomberos tuvo que intervenir en la extinción del incendio de un furgón, que según varios medios era propiedad de un búlgaro, y que habría sido intencionado y causado por el lanzamiento de una botella incendiaria.

Los enfrentamientos empezaron ayer, después de que decenas de búlgaros abandonaron el edificio aislado para protestar, lo que derivó en peleas y momentos de tensión con los vecinos italianos, que les acusan de no cumplir el confinamiento y expandir el virus.

El presidente de la región de Campania, Vincenzo de Luca, advirtió de que estaría dispuesto a aislar toda la localidad de Mondragone, de casi 30.000 habitantes, si se llegaran a certificar más de 100 positivos  entre 3.000 y 4.000 test.

Hasta el momento, se han realizado 730 pruebas entre la población de forma voluntaria.

El Ministerio de Interior envió un contingente de 50 militares y 70 policías a la zona después de que lo solicitaran el alcalde de la localidad y el presidente regional, quienes aseguraban que la policía presente en el momento no era suficiente para contener los enfrentamientos.

"He pedido que se hagan controles rigurosos las 24 horas del día por parte de ejército, policía y carabineros", dijo a los medios De Luca.

Los habitantes de los edificios son en general jornaleros inmigrantes que viven hacinados en pequeños pisos y que se desplazan a trabajar en condiciones precarias en los campos cercanos.

Ayer salieron a protestar precisamente porque la prohibición de salir de casa les impedía trabajar y, por tanto, afectaba a su sustento.

Se trata de uno de los brotes más importantes en Italia, junto con el de la empresa de transportes Bartolini de Bolonia (norte) y otro en una residencia de ancianos en Génova (noroeste), lo que ha elevado los positivos por coronavirus a 296 casos ayer, una cifra más alta que la de los últimos días.

EFE
 

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