Testigo de eso es Andrés González, un hombre que vive y se gana la vida en un lote que está dividido entre su vivienda y un espacio para albergar menos de 10 carros que le garantizan sus ingresos para subsistir, en la calle ciega localizada en uno de los costados del Palacio de Justicia.

En ese lugar, no hace más de dos días, Andrés le discutió a un hombre que, con paso apresurado pretendió orinarse el árbol que queda en toda la entrada de su casa. Apenas recibió una “madreada” de regreso, como él mismo lo comenta. Pero ese es su pan de cada día. En otras ocasiones hasta puñal le han sacado.

Andrés relató a Seguimiento.co cómo es su diario vivir en los fines de semana: “Se orinan y hasta defecan en la pared del parqueadero. También lo hacen en la pared de los Juzgados. ¡Vea usted las heces! Esta calle parece la letrina de los borrachos, los drogadictos y los gamines que se la pasan por acá”, dijo el hombre a este medio digital.

La principal queja de este hombre, que se alterna la vigilancia del parqueadero con su hijo, es que se siente decepcionado, porque pensaba que con tanto alboroto que ha habido por el nuevo código de Policía, sus problemas iban a estar solucionados.

“Yo pensé que con el nuevo Código de Policía esto iba acabar”, reiteró, decepcionado por no saber qué hacer para enfrentar la situación que aqueja al sector: el fuerte hedor se concentra por las mañanas, haciendo que el transitar por el sitio sea desagradable.

Andrés González asegura que los agentes de policía más cercanos son los que hacen vigilancia en la zona de bares y establecimientos públicos, pero que estos se desentienden del área donde él vive, que es precisamente la que utilizan para todas las “vagabunderías”.

 “Ni la Policía ni ninguna autoridad han puesto de su parte para arreglar el problema, sabiendo que esta parte es cercana al a Palacio de Justicia, donde están los juzgados y donde vive gente; no se está respetando nada de eso”, sostiene.

Un hecho que destaca el denunciante es que las cámaras de seguridad del Palacio de Justicia fácilmente podrían identificar a quienes utilizan de baño público esa esquina, pero allí tampoco se preocupan por revisar las imágenes.

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Mientras pasa el tiempo, Andrés sigue pasando sus días en la entrada del parqueadero, aguantándose los malos olores y arriesgándose a ser víctima de un hecho lamentable por enfrentarse por su cuenta a quienes violan el código.

“¿Se molestaron muchos por los olores a heces en toda la ciudad? Bueno, ese es mi vivir”, remata Andrés, haciéndose un chiste a sí mismo para sobrellevar su propia desgracia. 

La Policía Metropolitana de Santa Marta conoció el caso de Andrés e invitó a la ciudadanía a reportar este tipo de casos a la línea de Whatsapp denominada 'El Inspector del Código', al número 3203133085.