Wilder retiene corona de los pesados con nocáut técnico ante el cubano Ortiz
En una verdadera lucha de poder a poder, en Brooklyn.
El estadounidense Deontay Wilder derrotó al cubano Luis Ortiz por la vía del nocáut técnico en el décimo asalto tras derribarlo tres veces, y retuvo el título de los pesos pesados, versión Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en lo que fue la séptima defensa de la corona.
La pelea, que se celebró en el Barclays Center de Brooklyn, ante una asistencia de 14.069 espectadores, mostró poca técnica, pero todo el poder de los puños.
Especialmente de Wilder, que aunque un tanto desordenado en sus acciones, marcó la diferencia, al derribar en tres ocasiones a su oponente, una en el quinto asalto y dos en el décimo, que fue decisivo.
Wilder, de 32 años, con mayor envergadura, también aprovechó su mayor alcance de manos, con las que guardó en la distancia al púgil cubano, y mantuvo siempre el control de la pelea.
El campeón estadounidense, que deja su marca en 40-0, con 39 fueras de combate, superó la prueba más dura en su carrera al vencer a Ortiz (28-1, 24 nocáuts), que hasta ahora ha sido el rival más difícil que ha tenido.
En el décimo y último asalto, Wilder derribó a Ortiz en dos ocasiones, por lo que el árbitro, David Fields, se vio obligado a detener el combate a los 2:05 minutos.
A pesar de la ventaja que Wilder tenía por su mayor alcance de brazos, Ortiz estuvo cerca de ponerlo fuera de combate en el séptimo asalto.
El cubano lanzó un ataque incontrolable de golpes contra Wilder, que no sabía cómo evitar el castigo, pero pudo mantenerse de pie hasta que sonó la campana.
En el siguiente asalto, Ortiz nuevamente superó a Wilder, pero en el noveno el estadounidense empezó a retomar el control de las acciones ante el cansancio del púgil antillano.
Ambos peleadores salieron al cuadrilátero a dar lo mejor de sus armas en el décimo asalto, en el que ambos acusaron el castigo recibido.
Pero Wilder capitalizó el momento cuando Ortiz, descontrolado por el castigo del estadounidense, visitó dos veces la lona, la segunda de ellas con un poderoso "uppercut" que dejó al cubano sin posibilidades de continuar la batalla.
"He demostrado que soy un gran campeón al superar a un rival que se puede ir con la cabeza muy alta por la gran pelea que realizó", declaró Wilder al concluir el combate.
Wilder, que se llevó una bolsa de 2,1 millones de dólares, por 500.000 dólares que recibió Ortiz, que buscaba ser el primer cubano que se proclamase campeón del mundo del peso pesado como profesional, antes de llegase el nocáut técnico, estaba arriba en las cartulinas de los tres jueces con la misma puntuación de 85-84.
Los tres jueces también tenían 10-8 a favor de Ortiz en el séptimo asalto cuando dominó por completo a Wilder y aunque no pudo tirarlo a la lona ni dejarlo nocáut, el dominio del púgil cubano de 38 años fue completo.
"Cuando sales a un cuadrilátero sabes que en cualquier momento un golpe te deja fuera de combate y eso fue lo que sucedió esta noche, pero me encuentro perfectamente. Tuve la oportunidad de haber sido yo el que diese el golpe definitivo, pero no llegó", admitió.
EFE