Eder Godoy llegó en el 2008 a Barranquilla en busca de competencia, con la meta de convertirse en la solución de gol para un Junior que peleaba descenso.

Pero en lo deportivo pasó desapercibido. No encontró continuidad con Santiago Escobar, a quien despidieron ocho días después de su legada, y Julio Comesaña no lo tuvo en cuenta. El equipo quedó eliminado y que se marchó antes de terminar su contrato.

No obstante la ausencia de actividad, dijo que “Junior es único. La verdad me hubiera gustado jugar aquí, pero vine en un momento difícil. Lástima que no se dio, pero en lo poco que estuve aquí me di cuenta que Junior es único por su hinchada y su estadio”.

Pero la historia de este delantero paraguayo en Colombia no termina ahí. Godoy se llevó del Caribe colombiano a su “mejor partido”,  a Ruby Orozco, nacida en El Piñón (departamento de Magdalena), hoy su esposa.

Tienen cuatro hijos de siete, cuatro , tres y 10 meses: Jesús, Ricardo, Sofía y Santiago.

Ella estudiaba comercio exterior en el Inca. “Nos conocimos en una cena que organizó un amigo”, dijo ella con un marcado acento paraguayo. “En ocho años de estar por allá, eso se pega”.

“A mí siempre me gustó la música vallenata, desde chiquito, y el destino me trajo acá y me dio una esposa de esta tierra. En Paraguay se escucha mucho vallenato”, agregó el exjugador quien está de vacaciones con su familia en Barranquilla al lado de su esposa y sus cuatro hijos. Aprovechó para visitar a su compatriota Roberto Ovelar.

Godoy , después de Colombia, pasó por el fútbol chileno y terminó su carrera profesional en el 3 de febrero de su país, en el 2011, a los 31 años.

Hoy Eder estudia para entrenador de fútbol con la idea de empezar a dirigir.