Un penalti cobrado por Neymar le dio el triunfo a Brasil ante Uruguay
En amistoso entre los dos poderosos conjuntos sudamericanos.
Ante las constantes alabanzas, aplausos y vítores recibidos por parte de la grada, Neymar, con un discutido penalti, dio la estocada a Uruguay (0-1) en el duelo amistoso que los 'Charrúas' y la 'Canarinha' disputaron este sábado en el Emirates Stadium de Londres.
Las bajas importantes bajas en defensa de hombres como Diego Godín, José María Giménez y Sebastián Coates, entre otros, no se notaron sobre el césped hasta el minuto 75, cuando Diego Laxalt derribó de manera inocente a Danilo dentro del área.
Neymar, constantemente aplaudido y requerido por la grada, remató desde el punto de penalti y Brasil, en un duelo entre enemigos, con careta de amistoso, decantó la victoria para la 'Verdeamarela'.
No había hielo que romper, son dos selecciones que se conocen, se respetan y se temen y tienen ganas a partes iguales, por eso, aunque Suárez y Neymar se fundan en un abrazo en el saludo entre capitanes, la primera falta, de no poca intención, llega con menos de veinte segundos en el minutero.
Brasil era la que llevaba la iniciativa, en las gradas y en el césped. No eran escasas las banderas de la 'Canarinha' ni las pancartas pidiendo la camiseta sus ídolos.
A Uruguay, pese a jugar en terreno neutral, le tocaba pelear también con el público. Los 'Charrúas' pusieron el oficio y se oxigenaron sin la pelota, mientras Brasil acercaba sus piezas a la frontal del área.
Según Laxalt exhalaba vaho del frío criminal en Londres, el único arropado, de una manera u otra, llevaba cosido el '10' en la espalda. No importaba lo ínfima que fuera su intervención, cualquier atisbo de magia en Neymar era correspondido por los vítores de los aficionados.
Con cinco 'olas' seguidas en las tribunas, el ambiente en los asientos superaba, y por mucho, a la calidad de los que poblaron el césped.
La poca profundidad de los de Tité, consumidos por una posesión superflua, dejó viva a Uruguay, que se asentó a medida que el descanso asomaba al Emirates.
Neymar probó a Martín Campana de falta, bien sacada la base del poste, y vio como, antes, un gol suyo fue invalidado por fuera de juego.
La mayor plasticidad en el juego amarillo no se tradujo en frutos y Uruguay salió del barro dispuesta a vengarse.
Suárez, aislado arriba y curtido en mil batallas, metió el primer susto. Recogió un error de la defensa brasileña y su golpeo lo desvió Alisson, el mismo que minutos después evitó el primero, al filo del descanso, en una extrañamente centrada volea de Cavani.
La primera parte finalizó con las mismas tarjetas amarillas, cinco, que tiros a puerta y el término amistoso ya brillaba por su ausencia.
Era el primer encuentro entre ambos fuera de América y la tensión se incrementó a medida que el mercurio caía grados en el termómetro. La fina llovizna que cubrió Londres añadía tintes de épica y las defensas afiladas, casi tanto como la serigrafía de las camisetas 'Verdeamarelas', sostenían el 0-0.
Hasta que los de Óscar Tabárez fueron un paso más allá. Sin la experiencia de hombres como Godín o Giménez, Laxalt soltó una patada a Danilo y el colegiado, Craig Pawson, señaló la pena máxima.
Neymar, con ínfulas de protagonismo, asumió la responsabilidad, hizo una paradinha y engañó a Campana para alojar, plácidamente, el balón en la meta uruguaya
La noche no cesó ahí para el del Paris Saint Germain, que siguió recibiendo faltas hasta el último instante en el que el colegiado tomó el silbato y finalizó un encuentro con más emoción que juego.
Brasil, dentro de su gira europea, jugará contra Camerún el próximo día 20 en Milton Keynes, una localidad cercana a Londres, mientras que Uruguay se medirá a la campeona del mundo, Francia, también el día 20.
EFE