Junior vs. Unión Magdalena, el verdadero clásico costeño que volverá a vivirse en la A
En 2025 se vienen nuevos capítulos de la vieja rivalidad entre barranquilleros y samarios.
El primer gol de Junior que canté en un estadio fue de Óscar Bolaño en un clásico contra Unión Magdalena, en el viejo Romelio Martínez, que significó el empate 1-1. En ese mismo estadio tuve el privilegio de ver jugar con la camiseta del Ciclón a los primos Valderrama: Didí y el Pibe, cuando este último todavía no tenía los rizos dorados, sino afro. Ambos la pusieron como un corozo en otro clásico que Junior ganó 2-1.
Una tarde lluviosa en el Romelio, presencié cómo el argentino Fernando Donayres, le marcó dos golazos de tiro libre a Delménico. Unión ganó 2-1 y el descuento de Junior fue del ‘Perro’ Perroud, que la bajó con el pecho y luego empalmó con pierna zurda.
Ese Unión tenía grandes jugadores como Lenis Faillace, Manuel Acisclo Córdoba y Guillermo Serrano, entre otros.
Por esa época disfruté también los duelos entre Teglia y Tony Salja, que en el 83 pasó al Junior. Casi todos los ganó el lateral derecho samario.
Ya en el ‘Metro’ tuve la fortuna de ver al Pibe vestido de rojiblanco, celebrando con el alma los goles de Junior ante el equipo samario. Y me acuerdo que en el bando contrario había jugadores como Alberto Gamero y Marcelo Ibáñez.
El primer clásico que vi en el Eduardo Santos de Santa Marta lo ganó Junior 1-0 con gol de Víctor Danilo Pacheco, a quien el técnico Julio Comesaña, empezaba a alinearlo como delantero para aprovechar su habilidad más cerca del arco rival.
Ni hablar de los duelos de Junior contra el Unión dirigido por Eduardo Julián Retat. Este calentó un clásico en Barranquilla diciendo que su abuelita le decía que no podía perder con los barranquilleros.
Esa frase salió publicada en el periódico El Heraldo y Julio Comesaña, técnico del Junior, la empleó para dar la charla técnica y tocar el orgullo de sus jugadores, que salieron a arrollar al Unión y le ganaron 3-0.
Al final de ese partido, Carlos Vilarete, furioso y en su estilo muy particular, pronosticó que Unión ganaría el clásico que se jugaría dos semanas después en Santa Marta. Evidentemente Unión ganó 2-0 y el primer gol lo marcó Vilarete y se lo cantó al banco técnico del Junior, club al que había pertenecido y que lo había dejado en libertad. El otro lo hizo Ángelo Labastidas.
Ese era un Unión bravo, con una delantera temible, en la que además de Vilarete, estaban Luis ‘La Puya’ Zuleta y José ‘Mono’ Herrera. Ese tridente marcó 52 goles en la temporada 2002.
Uno de los mejores goles que le vi a Martín Arzuaga con la camiseta de Junior fue en un clásico contra Unión, en Barranquilla. Entró por la izquierda, enganchó hacia adentro y definió con un derechazo que no vio Luis Fernández. Junior ganó 2-0 un partido en cuyo primer tiempo había sido superado por el cuadro samario.
El recuerdo más cercano del clásico costeño fue el histórico 7-1 de 2023. Una goleada que los junioristas se la recordarán por siempre a sus rivales samarios en un año que marcó su cuarto descenso.
Crecí viendo al Junior jugar clásicos a muerte contra Unión Magdalena, que siempre se jugaba el partido de su vida contra su eterno rival. Entonces se decía que Unión podía perder con los demás equipos del fútbol colombiano menos con Junior, refrendando así la famosa frase de la abuelita de Retat.
Como fantásticas eran las historias que contaban los mayores de los clásicos contra Junior del Unión de los paraguayos, el que quedó campeón en el 68. Del gol de chilena de Dida en Santa Marta. De samarios que después de jugar en Unión se pusieron la camiseta del Junior, como Hermenegildo Segrera, Pedro Vásquez y Alfredo Arango. De los llenos impresionantes tanto en el Romelio Martínez como en el Eduardo Santos.
Por todo lo anterior me alegra el ascenso del Unión Magdalena y que lo haya logrado de la mano de un técnico como Jorge Luis Pinto, que ha librado tantas batallas con el equipo samario y que esta vez arriesgó su prestigio por su amistad con Eduardo Dávila y tomó las riendas del ‘Ciclón’ en el infierno de la B con la misión de subirlo.
Celebro que vuelvan los clásicos con Junior, que perdieron un poco la fogosidad en los últimos años porque Unión pasó muchos años en la B y, vale decirlo, ya no hay tantos barranquilleros en Junior ni tantos samarios en el Unión, que sí los sienten de verdad.
Pero, sin duda, ese es el verdadero clásico costeño, el más tradicional. Como una vez nos dijo Retat: “El clásico de ustedes (Junior) es con Unión, con Real Cartagena no, esa camiseta es muy pálida”.