Efraín ‘Caimán’ Sánchez
Efraín ‘Caimán’ Sánchez
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Twitter @MillosFCoficial.

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El legado de Efraín 'Caimán' Sánchez: memorables recuerdos de su trayectoria

El legendario portero Efraín Sánchez dijo adiós a sus 93 años. Su imagen y su nombre permanecerán siempre en el recuerdo.

El 27 de febrero de 1926 en el hogar conformado por Augusto Sánchez y  Cara Rosa Casimiro nació Efraín Elías Sánchez, mejor conocido años después en una brillante carrera de futbolista como “El Caimán” Sánchez y quien sería considerado por muchísimos años como el mejor arquero de Colombia.

Apodo que le dieron en tierras argentinas por periodistas gauchos al conocer que llegaba procedente de una tierra en donde se hizo popular la melodía (en ritmo de porro)  “Se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla”. 

El club San Lorenzo de Almagro lo contrató tras verlo actuar con la selección Colombia en el Suramericano de 1947 en Ecuador. Un hermano mayor, José “El Patón” Sánchez quien era un destacado beisbolista lo animó para que jugara béisbol, pero Efraín, con talento innato mostraba desde pequeño sus dotes para el fútbol, lo que hizo desistir a su hermano de llevarlo a los diamantes de la pelota caliente. Siendo estudiante del Colegio de Barranquilla cuando cursaba segundo de bachillerato debutó en primera categoría de la liga del Atlántico al servicio del equipo Caldas. Fue compañero de selección junto al “Flaco” Roberto Meléndez,  Humberto Picalúa, Gabriel Mejía y José Escorcia, un arquero soledeño a quienes algunos periodistas calificaban mejor que al “Caimán”. 

Después de jugar en San Lorenzo donde compartió con destacadas figuras como Zubieta, Oscar Basso, Resquin, Perucca, Benegas, Reggi, Pontoni, Martino y Ebrico, y bajo el precio de la hinchada del Boedo regresó al país y formó parte de equipos como Junior, Santa Fe, Medellín, Deportivo Cali y Millonarios donde fue campeón en 1955 y 1957.

También hizo parte del equipo Atlas de Guadalajara, México  teniendo entre compañeros a Solís, Mercado, Del Muro, Jauregui, Pistache, Cerioni, Chaveñi y Cidrio. Fue quien abrió la ruta mexicana para que otros colombianos fueran a México entre ellos Alfredo Arango y Delio “Maravilla” Gamboa. 

Su carrera como portero la cerró en 1966 en Junior donde alternó como jugador y técnico encargado en reemplazo de Marinho Rodríguez de Oliveira. Igual a finales del 67 reemplazando al uruguayo William Martínez. Se le recuerda también por haber sido el entrenador del 71 reemplazando al “Marciano” Luis Miloc. Ese año terminó el campeonato con un grupo de jóvenes de segunda división entre los cuales Maximiliano Valeta, “Boricua” Zárate, Julio Olmos, Santiago Martínez, Ariel Valenciano, Victorio Márquez, Alvaro Urzola, Elías Guillén, y Ovidio Moreno, cosechando once empates seguidos con Junior. A finales del 86 en propiedad reemplazó a Eduardo Solari y estuvo algunos meses del 87. 

Fue técnico de equipos como Millonarios y Medellín con los que salió campeón. También del América, del Santa Fe y de la selección Colombia que se tituló subcampeón en 1975 en la Copa América que Colombia perdió ante Perú 1-0 con gol del ‘Cholo’ Hugo Sotil en Caracas. Sin duda una de las más gratas páginas escritas fue la del Mundial de 1962 en Chile en aquel histórico empate 4-4 con Rusia. Hizo trío en ese seleccionado con dos barranquilleros más como fueron Marcos Coll (Gol olímpico) y Antonio ‘Toño’ Rada. El 16 de agosto de 1968 Junior le brindó una cálida despedida con un juego amistoso del Junior y Medellín en el Estadio Romelio Martínez.

En 1975 su nombre se puso en juego en una intensa campaña del locutor Edgar Perea quien a bordo del transmóvil  de RCN recorría las calles bajo el estribillo de “Caimán sí, Varacka no”…

Retirado de las actividades del fútbol y radicado en Bogotá fue instructor de Coldeportes y se dedicó a dictar conferencias y seminarios sobre este deporte.  Fallece a los 93 años de edad dejando una enorme estela de servicio y experiencia a tantas generaciones del deporte del balompié. 

Su trasegar por la vida seguirá siendo un libro abierto  lleno de emociones, anécdotas, recuerdos y enseñanzas traspasando sin duda más allá de las fronteras. Aunque terminó su ciclo en este mundo,  siempre en el recuerdo estará presente aquel estribillo: / se va el caimán/ se va el caimán/ se va para Barranquilla../ Y mucho más allá, su imagen y su nombre serán recordados siempre como el Gran  Caballero que fue tanto dentro como fuera de las canchas.  

 

 

 

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