Gianni Vattimo: de católico – heideggeriano a comunista sin partido
Nació en Turín en enero de 1936. Ha visto la guerra y la ha vivido y lo recuerda muy bien. En 1939 tenía tres años, y nueve en 1945.
Vivió tiempos muy difíciles. Sintió que las bombas le caían encima.
A los cinco años ya iba a la escuela y recuerda en su autobiografía a cuatro manos no ser Dios que “un día en que debíamos correr hacia el refugio, yo tenía un zapato desabrochado y eso era un gran problema, porque había que correr y yo no era capaz de atarme los zapatos solo. Me ayudó una niña”.
“Desde los 12 a 24 años fue católico. Pero dejó de serlo cuando desistió de leer los periódicos italianos. El compromiso religioso estaba mezclado con el filosófico y político que, perdidos los contactos con la política italiana; todo acabó; de forma indolora, del mismo modo que había comenzado”.
Su madre murió cuando apenas tenía 16 meses. Lo cuidaron las tías y una hermana. Estudiaba y callejeaba hasta que lo obligaron ir al oratorio de San Filippo Neri. Eso fue un paso decisivo en su vida. Llegó a ser jefe de la Acción Católica Turinesa.
Hijo de instituciones religiosas, Gianni Vattimo fue a la iglesia y como todos, hacía de monaguillo. También iba a la escuela. Lejos. A pie. Era en el curso tercero. No sabía hacer las divisiones y recibía grandes pencazos en los dedos. Después fue siempre el primero de la clase, quería ser escritor. Se las picaba de intelectual. Leyó los libros de la “Scala d’oro”, Il romanzo di Fanfulla.
En el Instituto Gioberti, tenía un maestro que le gustaba la historia, no la filosofía. No obstante tenía su maestro particular fuera de la escuela. Tomista, ultratomista, monseñor Pietro Caramelo, Filósofo y maestro. Pero también director espiritual y amigo. Quizás la persona que más le hizo crecer.
Desde el bachillerato hasta terminar la Universidad fue a confesarse con él dos veces por semana. Se trenzaban en discusiones filosóficas. “Mi argumento contra el de él era el de la guerra justa y yo no podía aceptar la idea (de un orden natural inmutable). Se sublevó contra la teología natural que conducía a la iglesia directamente en brazos de la derecha”. Vattimo era de izquierda.
En la universidad tuvo como maestro a Luigi Pareyson. Maestro y después amigo durante toda la vida.
Se licenció a los 23 años en 1959, con una tesis el Concepto de “hacer” en Aristóteles. Tesis que luego fue publicada. Después estudia a Nietzsche, en consideraciones intempestivas y descubrió la crítica que éste le hace al historicismo, sus reflexiones contra la modernidad y una imagen que le resultó fundamental “el hombre moderno se mueve en el jardín de la historia como en un almacén de máscaras teatrales. Cogiendo ésta y aquella”. Págs. 38:39 No ser Dios. Paidós, 2008.
La conversión
En diciembre de 1958. Había leído la Carta sobre el humanismo escrita por Heidegger “contra” Sartre. Fue como una iluminación, una auténtica conversión. El giro junto con el descubrimiento de Nietzsche es lo más importante de su experiencia especulativa y con toda seguridad el origen de todo.
Heidegger escribió, un pensamiento que lo intrigó mucho, porque recogía su experiencia religiosa. No estamos en un plano donde existe sólo el hombre, sino en el que existe en primer lugar y principalmente el “Ser”.
Esta historia del Ser lo intrigó porque parecía poder recoger su herencia religiosa y además veía allí una perspectiva filosófica, existencial y política de libertad, de liberación.
Anotaba sus notas en hojas verdes que todavía conserva, de sus lecturas diarias. Recuerda que mientras estudiaba al pensador Nietzsche aparecieron dos grandes volúmenes de Heidegger sobre Nietzsche. No siguió con el estudio de Nietzsche hasta no saber que decía Heidegger. Se enfrascó con el pensador de la Selva Negra. Y esta fue, la segunda aventura crítico-filosófica de su vida. Leía a Heidegger en Alemán y tomaba muchas notas.
Heidegger reconstruyó poco a poco la historia de las ideas de Platón hasta la modernidad, hasta hoy. Es decir, hasta el experimento científico de los positivistas, que según Heidegger, es el colmo del olvido del Ser. Es la muerte de Dios.
Nietzsche constata la muerte de Dios sin nostalgia. Escribe, como lanzando un suspiro de alivio: “Dios ha muerto, ahora queremos que vivan muchos dioses”.
Vattimo argumenta que son muchos los que han malinterpretado la afirmación fuerte de Nietzsche “Dios ha muerto”, confirmándola con una profesión de ateísmo. “No es así. Nietzsche no afirma que Dios no exista, nunca podría decirlo porque también ésta constituiría una verdad absoluta idéntica a la afirmación: “Dios existe”. Lo distinto es el punto de vista. Allí donde hay un obstáculo se encuentra todavía y siempre la metafísica, esto es un principio supremo, exactamente lo que Nietzsche descubrió que había devenido superfluo. “Dios ha muerto significa que no existe fundamento último” No ser Dios". Págs. 38:39. Paidós, 2008
La revolución del pensamiento de Heidegger es el rechazo de una concepción objetiva estable, estructural del Ser, en nombre de libertad “si nosotros somos esperanzas, sentimientos, miedos, proyectos; seres finitos, con un pasado y un futuro, y no sólo apariencias, entonces el ser no se puede pensar en los términos de la metafísica objetiva”. Ibid, p.40.
Este argumento inicial es el primer paso de lo que llamó “pensamiento débil”. Respiró buen aire, a tres mil metros. El oxígeno a esas alturas embriagó mucho y terminó para siempre toda influencia del pensamiento tomista y quedó embriagado de libertad.
Marxista
Gianni Vattimo se dio cuenta que los discursos italianos en torno a la crisis de la razón, sienten mucha nostalgia por la metafísica. Y no llegan hasta el fondo la experiencia del olvido del Ser, de la muerte de Dios, anunciados por Heidegger y Nietzsche motivó bien sus argumentos y aseguró un pensamiento capaz de articularse a media luz para encontrar de nuevo un sujeto o un nuevo Ser originario y verdadero. Un ser consumido y debilitado digno de atención. Era una metáfora y en cierto modo una paradoja.
El pensamiento débil era la idea de utilizar el aligeramiento de las relaciones sociales producto de la tecnología, hasta realizar una forma de liberación a través de la inflación, si sólo tienen una televisión, lo que ésta te dice parece la religión. Y posmodernidad, es decir, fin de la sociedad racionalizada, de la sociedad con racionalidad, central, éste si un desarrollo serio, en delante de la crisis de la razón.
El pensamiento débil, era una teoría fuerte, cívica, muy razonable y dialógica, muy poco arrogante con una ética no agresiva.
El pensamiento débil es la única filosofía cristiana pensable; porque la autenticidad del cristianismo es el pensamiento moderno – liberal – socialista – democrático.
Vattimo piensa que el cristianismo es una religión que se anula a sí misma por consiguiente, si Dios quiere, una religión - no religión. Es lo único que debe ser predicado; porque los otros remedios espirituales que se encuentran en el mercado suponen alistarse en una parte o en otra. O se enrola en los cristianos o entre los fundamentalistas, o entre los fundamentalistas islámicos.
Vattimo relaciona el pensamiento de Heidegger con el de Marx entrelazando el olvido del Ser Heidegger con la alienación de Marx, “Al menos bajo dos aspectos: tu solo no puedes cambiar. Para poner cosas en su lugar se necesita una revolución; el olvido del Ser como lo piensa Heidegger es lo que el marxismo explicaría con la división del trabajo: tú no disfrutas de todos los beneficios de tu trabajo y se construye una sociedad en la que todo se mercantiliza, incluido tu como trabajador”. -Consultar a ECCE COMU, Paidós : Barcelona 2009- porque el Ser debe pensarse a sí mismo para ser auténtico con independencia de la situación en que vive, es decir, debe acontecer una gran transformación que estará comandada por los que más proyectan y menos poseen: “El viejo proletariado marxista, no titular metafísico de la verdad porque es libre de ver el mundo sin ideologías; pero portador de la esencia genérica, porque se define por el proyecto, y está totalmente proyectado hacia la transformación de su propia condición; es decir, es auténticamente existente”. Pág. 250 De la realidad. Fines de la filosofía. Herder. Barcelona, 2013.
Gianni Vattimo aún vive tranquilo. Viajando, enfrentando sus contradictores filosóficos y pregonando que su giro filosófico es Ser un Cristiano sin Iglesia y un Comunista sin Partido.