Rafael Valvidia, cantante, y coordinador del Encuentro de Coleccionistas y Melómanos de la Egrem
Es vocalista del estelar Conjunto Chapottín y sus Estrellas, nueva generación del gran trompeta cubano.
A este ingeniero industrial y licenciado en estudios socioculturales de 46 años, la música le robó el alma y toda sus energías, hasta convertirse en cantante del estelar Conjunto Chapottín y sus Estrellas.
En este Conjunto coexisten la tercera y la cuarta generación de la agrupación fundada en 1950 por el gran trompeta cubano, Félix Chapottín, en asocio con el pianista Luis Lilí Martínez, el cantante Miguelito Cuní y otros músicos del conjunto del ‘Ciego maravilloso’, Arsenio Rodríguez, que según los historiadores, se disolvió tras su partida a Estados Unidos.
“Este año estamos cumpliendo 75 años de labores y ahí coexisten varias generaciones. Por ejemplo, el bongosero, el señor Domingo Conrado Poey, estuvo en el Conjunto Rumbavana y ahora está con nosotros. El tiene 85 años y está en la plenitud de sus facultades. Yo soy uno de los más jóvenes, 46 años. Pero hay todo un bloque generacional”, destaca el cantante Rafael Valdivia.
Este uno de los Conjuntos más aclamados en la isla y durante sus presentaciones los bailarines les piden los temas emblemáticos que se escucharon en la década del 50 y 60, como ‘Quimbombó’, ‘Canallón’, ‘Me voy contigo’, ‘Fuego en el 23’, ‘Yo si como candela’.
“Es un seguimiento, si se puede decir, un desprendimiento del Conjunto de Arsenio Rodríguez y defendemos mucho ese legado”, indicó.
El Conjunto de Chapottín y sus Estrellas se presenta en las ‘peñas”. Cada martes se presentan en el patio de la Egrem. También comparten con otros grupos tradicionales en ‘La Tropical’.
Nuevo fenómeno, ‘El reparto’
Actualmente en la isla el fenómeno del reggaeton ha conquistado las nuevas generaciones.
“Pero hay una variante de la música urbana, que es netamente cubana, que es lo que se llama ‘reparto’. Es un vocablo que toma prestado de la timba. Desde la timba se hablaba de reparto, repartear, repartero y todas sus derivaciones. Eso se tomó después de que muchos grupos comenzaron a incorporarle claves de guaguancó, elementos de rumba al reggaeton e hicieron una variante”, explicó.
De acuerdo con Rafael Valdivia, ‘el reparto’ es una simplificación de los patrones rítmicos más básicos de la timba cubana con elementos de guaguancó. “Y obviamente, con códigos propios a la hora de expresarse, en los parlamentos a la hora de cantar de la música urbana que viene del reggaeton. Es una variante y fusión, completamente autóctona”.
Para este diálogo, Rafael Valvidia nos abrió las puertas de su casa. De una familia muy amable, como la mayoría de cubanos. Su hogar es un museo de la música. Comedor y sala atiborrados de vinilos y CD. En una barra central, un tocadiscos para colocar los acetatos. Y en casa de otros familiares, atesora otras reliquias musicales.

En la isla, en especial en La Habana, se consiguen muchos vinilos, joyas que atesoraron músicos y sus familias. Pero por necesidad se desprenden de ellos, ocasión que aprovechan los extranjeros para adquirirlos a precios irrisorios y sacan maletas repletas de discos, que después ofrecen a precios inalcanzables, mediante ventas en internet.
El IV Encuentro de Coleccionistas de la Egrem
Sobre el IV Encuentro de Coleccionistas y Melómanos de la Egrem, del cual Jorge Rodríguez es el alma de este evento, sostiene que esta versión ha ganado en organización, calidad y participantes.
“Esto ha ido creciendo poco a poco. Un evento con unas características peculiares porque no tenemos mucha constancia de que haya encuentros de esta naturaleza en los que una empresa discográfica se involucre. Normalmente digamos que la industria disquera va por un camino y los coleccionistas y melómanos van por otro. Aquí nos unimos desde el año 2015 cuando comenzamos los encuentros con Jorge Rodríguez. Ya vamos por ediciones internacionales”, explica.
De acuerdo con Rafael Valvidia, en esta versión se notó más organización en las temáticas, el incremento de participantes internacionales, en especial de los coleccionistas de Colombia.
En el marco de esta versión asistió como expositor, el coleccionista barranquillero Manuel Henríquez, quien hizo un recorrido por los aportes y grabaciones hechas por agrupaciones africanas, con versiones de música cubana. Dejó sonar unos ‘incunables’, que sorprendieron a los asistentes.

“Estos encuentros tienen varios objetivos: preservar el patrimonio sonoro. Que el tiempo y la evolución de la música, que en Cuba ha ido a pasos muy vertiginosos, no nos hagan perder todo un legado musical que a nosotros mismos no nos da tiempo a valorarlo. Poder difundirlo también es otro objetivo. Hay mucha música que por razones obvias después del triunfo de 1959 nos vimos aislados por ambas partes. No conocíamos lo que se hacía en otros ámbitos con músicas afines y allá tampoco se sabía lo que estaba sucediendo acá. También queremos rescatar ese patrimonio más reciente que tiene mucho significado para nosotros y unir a los coleccionistas de todas partes del mundo”.
Actualmente la Egrem, empresa de grabaciones y ediciones musicales, y organizadora de estos encuentros, no puede producir fonogramas como antes.
Para Rafael Valvidia, eso ha tenido varias etapas y múltiples razones: el tránsito de la etapa analógica del sonido a la digital, en Cuba, se dio en los años 90 y sobre todo en una época muy difícil.
“Ahí coincidió la crisis de los 90, lo que denominamos acá el periodo especial, con una negación de los sistemas anteriores. Fabricar en vinilo era mas costoso que grabar en un CD. Entonces se desestimó ese soporte y se cometieron errores en medio de la crisis. Se dejó de fabricar vinilos en el año 96. La producción de CD sustituyó esos vinilos y se mantuvo muchos años más. Ha decaído la producción de CD porque es muy difícil mantener el estándar de fábrica. Además, la demanda ha bajado muchísimo”, explicó.
Pero aún así, la Egrem sigue grabando discos que están en las plataformas digitales.
La Egrem, con sus sellos Areito y Siboney, comenzó en el 64 y ha grabado miles de discos. Ahora tiene acuerdos con empresas españolas para reactivar la producción de vinilos de música cubana y venderlos a nivel mundial. Esperemos la sorpresa.
