Por Jorge Rodríguez

Omara Portuondo es un nombre luminoso en el catálogo de la Egrem. Muchos de sus grandes éxitos fueron grabados en los estudios de San Miguel desde el año 1964 hasta el presente y gracias a mi labor en esta discográfica tuve la dicha de ser el productor de sus discos "La Novia del Filin", "Rompiendo la rutina Homenaje a Paulina Álvarez" y "Mis anhelos".

Además de una serie de compilaciones, entre las que figuran "Joyas inéditas de Omara" y "Omara Duetos". El CD "Mis anhelos" es muy especial porque Omara unió su voz a la de otros grandes intérpretes como Benny Moré, Elena y Tito Gómez.

Fui testigo de la génesis de Omara con el Buena Vista Social Club. Recuerdo el día en que se encontraba grabando el disco "La Novia del Feeling" en el Estudio 102, cuando fue invita a integrar el proyecto que puso la música tradicional cubana en las marquesinas del mundo.

Ahora mismo me parece estar viendo a Omara entrar y salir del edificio de la Egrem en el corazón de La Habana, siempre gentil, riendo, haciendo anécdotas, contando su parte en muchas historias, colocándose con puntualidad ante el micrófono, entregando su fabulosa musicalidad a numerosos temas que hoy, cuando ella arriba a sus 95 años, quiero evocar con positiva nostalgia: "Veinte años", de María Teresa Vera, "La era esta pariendo un corazón", de Silvio, "Y tal vez", de Formell, "Vuela pena", de Amaury, "Evocación", de Tania Castellanos, "Amigas" y "Lo que me queda por vivir", de Alberto Vera.

La relación memoriosa y complaciente es mucho mayor. Ella ha tenido la suerte de tener una larga y destacada trayectoria. Y nosotros hemos tenido la suerte de contar en nuestras vidas con sus magníficas interpretaciones. Por este motivo en el cumpleaños de Omara todos estamos de celebración.