Ni el "tablazo" pudo encerrar aquellos carnavales de 1947
Una historia para recordar.
Por: Helkin Alberto Núñez Cabarcaz
Especial para Zonacero.com
“La fiesta está aplazada. La fiesta no será en febrero, no sabemos cuándo será, no sabemos si será en 2021. Lo que sabemos es que en febrero no habrá Carnaval”. Esta determinación del Alcalde Distrital de Barranquilla, Jaime Pumarejo Heins, será el referente histórico a partir del momento por cumplir legalmente y con las herramientas jurídicas de emergencia sanitaria aplicadas en el territorio nacional, de suspenden por primera vez en toda su historia los Carnavales de Barranquilla.
No lo lograron las epidemias del Cólera, las guerras internas bipartidistas a finales del siglo XIX, las seguidas Guerras Mundiales y muchos menos el nefasto episodio del Tablazo donde pereció uno de los baluartes deportivos de esta querida ciudad. Los carnavales de Ana María Emiliani nunca fueron suspendidos.
Aquellos Carnavales de 1947 comenzó como siempre desde el 20 de enero con la lectura del Bando, pero por iniciativa del Club Riomar ya desde el día 18, gozaron el acontecimiento social “El Alcázar de los Sueños”, baile de Honor a S.M Ana María I.
Todo el ambiente carnavalero se desarrollaba con muchos cambios, del cual se destacó la fusión de las cumbiambas del Barrio la Nieves, con el fin de lucirse y competir airosamente con los demás barrios de la ciudad; ver juntas estas cumbiambas como la de Micaela, El Gallo Tuerto y Ampárame con el Nombre de No hay con quien, representaron más de 300 parejas solamente preparadas en dicho barrio.
La oficina de Turismo y Carnaval situada en el segundo piso del edificio de la Naviera Colombiana en pleno Paseo Bolívar, recibía las inscripciones de los aspirantes a disfrazarse en dicho evento. La reina seguía con su programación y fue así como el 1 de febrero era coronada en el estadio municipal por el insigne poeta barranquillero Miguel Rash Isla. Aquí la nota importante de esa gran noche que comenzó a las 9 de la noche, fue la presentación del famoso Ballet Nacional y la Orquesta Filarmónica que dirigía el maestro Pedro Biava… El palco de seis personas cuesta $300.
La Batalla de Flores fue hoy hace 74 años, el recorrido tradicional y las diferentes manifestaciones folclóricas se dieron el lujo desfilando y representando lo mejor tanto individual como colectivamente, el control en el desfile por parte de los funcionarios de turismo y cultura era muy exigente, el que no porte en lugar visible su carnet, se sale del desfile y queda incomunicado judicialmente. El recorrido de la Batalla de Flores apenas serpenteaba la Avenida Olaya Herrera a pleno sol; comenzaban los carnavales tradicionales en Barranquilla.
La nota luctuosa del tablazo
A las 10 y 50 de la mañana ese mismo día del Aeropuerto de Soledad, decolaba el DC- 4 114 con destino final a la ciudad de Cali, previa escala en la ciudad de Bogotá. Faltando escasos minutos para la escala preestablecida, los pilotos norteamericanos hacen el respectivo permiso a la torre de control pero con la mala orientación del avión para el Occidente de la ciudad, éste se desvía de su curso y termina despedazándose contra el Cerro “El Tablazo”, ubicado entre los municipios de Supatá y Subachoque. El reloj de la torre marcaba las 12 y 30 de aquel sábado 15 de febrero.
Entre las 53 personas que viajaban en el cuadrimotor de Avianca, los cuales fallecieron en el punto también denominado el Mirador de Colombia, varios barranquilleros y residentes de esta ciudad que al mismo tiempo festejaban su primer día de carnaval, la planilla registraba el vuelo # 651.
Entre esas personas perecen trágicamente Romelio Martínez Tatis, igualmente su hijo Romelio Martínez Vergara, contaba con escasos 8 años; Joaquín Llinás Manotas, quien era el síndico del Hospital de Barranquilla, Augusto Socarrás, abogado samario radicado en la capital de la República; el estudiante de química Jaime Llinás Celedón y su esposa entre los desaparecidos. Se sumó Francisco Dugand Donado, estudiante de Derecho quien viajaba a la capital de la República para seguir su formación académica. Julio A. Jiménez, quien era empleado de la empresa Avianca y su esposa Antonia de Jiménez. En total fueron 12 mujeres y 42 hombres.
El Presidente Mariano Ospina Pérez al día siguiente de la tragedia decretó día de duelo nacional, suspendiendo los carnavales de Barranquilla y la corrida de toros en la plaza de Santamaría de Bogotá. Pero el decreto nunca se aplicó, la gente festejó el lunes y martes de carnaval como si nada.
Romelio fue un gran baluarte deportivo que brilló con luz propia en los equipos Sporting de Barranquilla, Juventud Infantil y la Selección Colombia en el año de 1938. Hizo parte esencial de la selección Atlántico, participando en las Segundas Olimpiadas Nacionales en la ciudad de Medellín en 1932.
Bautizado como el “Caballero del Deporte”, en su viaje a Cali representaba al equipo Junior de Barranquilla en calidad de director técnico, nunca su cuerpo llegó a su tierra natal, fue enterrado en fosa común en la ciudad de Bogotá.
Romelio Martínez Tatis
Los carnavales terminaron sin complicaciones, el decreto presidencial nunca se aplicó, el diario local el Heraldo en su edición vespertina registró lo siguiente.
Terminado los carnavales y reflexionando el luto por la desaparición de varios barranquilleros, sumándose el legendario Romelio, en reunión sacerdotal de las poblaciones de Subachoque y San Francisco, se comprometieron levantar en el cerro del desastre, un monumento al cristo.
Aquel primero de marzo, la ciudad se preparaba para una peregrinación al gran ídolo Romelio Martínez Tatis, ese domingo más de cuatro oradores daban el último adiós al gran ídolo barranquillero en una tarima improvisada al frente del Cementerio Universal.
El Tablazo es un cerro situado en Colombia sobre la cordillera de Los Andes en los municipios de Subachoque, San Francisco y Supatá, pertenecientes al departamento de Cundinamarca. Su pico máximo alcanza los 3.450 msnm y su altura mínima 3.150 msnm, con una temperatura que oscila entre 8°C y 17°C1. La cumbre del cerro es un ecosistema de páramo con extensas áreas ocupadas por frailejones, musgos, pajonales, lagunas y caminos veredales.
Con este valioso archivo de prensa recordamos los Carnavales de la Ciudad de Barranquilla en una época donde no se vislumbraba que una pandemia, trasladaría el patrimonio inmaterial e intangible a la virtualidad.