La historia de los Museos de Arte Moderno de Barranquilla (MAMB) y Cartagena (MAMC) está profundamente arraigada en los movimientos artísticos y sociales que florecieron en el Caribe colombiano durante las décadas de 1950 y 1960.

Así lo expuso la historiadora y curadora del MAMB, Isabel Cristina Ramírez, en una conferencia reciente, donde destacó que la creación de estas instituciones no fue un hecho aislado, sino que se enmarcó dentro de un circuito latinoamericano más amplio, en el que museos similares surgían en ciudades como Buenos Aires, Santiago de Chile y São Paulo.

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“Los museos deben ser pensados como espacios vivos. La historia nos permite entender por qué siguen siendo frágiles y qué se necesita para fortalecerlos”, señaló.

La creación formal del MAMC en 1960 y la del MAMB en 1963 consolidaron el liderazgo cultural del Caribe en Colombia, convirtiendo a estos museos no solo en espacios de exhibición, sino también en centros de pensamiento crítico y formación ciudadana.

Primeros salones y galerías de arte:

• 1940 → Primera feria de arte en Cartagena

• 1945 → Primer Salón de Artistas Costeros en Barranquilla

• 1957 → Galería de arte en el Palacio de la Inquisición (Cartagena)

• 1959-1960 → Fundaciones de los Museos de Arte Moderno de Cartagena y Barranquilla

Desafíos y camino a seguir para la consolidación institucional

A pesar de su relevancia histórica, tanto el MAMB como el MAMC enfrentan serios desafíos en su consolidación institucional. Ramírez fue enfática al señalar que el MAMB necesita avanzar de manera urgente en varios frentes: la profesionalización institucional, la terminación de su sede con condiciones técnicas adecuadas, la consolidación de una planta de personal estable y meritocrática, y el apoyo constante de entidades públicas y privadas.

La historiadora subrayó que no basta con reconocer la historia; es fundamental que la ciudad y sus autoridades entiendan que el arte y la cultura son derechos esenciales, y que apoyar al MAMB es una inversión crucial para el desarrollo integral de Barranquilla.

“Hay que mirar atrás, no para quedarnos en la nostalgia, sino para tener herramientas para transformar el presente. Un museo profesionalizado es un motor cultural, educativo y ciudadano”, dijo Ramírez.

Estudiar la génesis de estos museos, según Ramírez, es una forma de comprender los retos que enfrentan hoy y de adquirir las herramientas necesarias para fortalecerlos.