Hubo lágrimas, pero también música y baile al son de ‘El viejo Miguel’ y ‘La hamaca grande’, dos de los más importantes éxitos del fallecido compositor Adolfo Pacheco Anillo, en el homenaje que San Jacinto, su tierra natal, le tributa no solo en la Parroquia Central sino en todos los rincones.

Porque por donde quiera suena la música del ‘Juglar de los Montes de María’ fallecido el sábado en la Clínica General del Norte de Barranquilla, luego de sufrir un accidente de carretera a la altura del municipio de Calamar, Bolívar.

El féretro, que arribó a las 5 de la madrugada, fue recibido con calle de honor mientras sus coterráneos cantaban y bailaban sin cesar.

“A mi pueblo no lo llego a cambiar ni por un imperio”, entonaron en medio de un llanto colectivo.

“Acá lo queremos mucho a Adolfo, por eso no sabemos por qué no lo van a sepultar acá. Él venía acá y se metía en cualquier casa y era bien recibido, en San Jacinto tiene muchos amigos”, declaró José del Cristo Martínez, que creció con las canciones de Pacheco Anillo.

Ya en cámara ardiente en la parroquia del municipio, empezaron a sonar los acordeones y no faltaron los grupos folclóricos de San Jacinto que bailaron alrededor del ataúd.

“Con su música bailamos y hemos sido felices, así lo tenemos que despedir”, dijo una matrona que creció con la música del célebre compositor de otros temas como ‘Mercedes’, ‘El tropezón’ y ‘Me rindo majestad’.

El cortejo fúnebre de Adolfo Pacheco Anillo retornará esta tarde de lunes a Barranquilla donde se realizarán las honras fúnebres en el cementerio Jardines de la Eternidad.