Cielo Támara Hoyos quería disfrutar de un ‘año sabático’ desde diciembre del año pasado cuando dejó la dirección de la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta que manejó de manera exitosa durante 28 años.

Pero ese propósito de viajar durante un largo tiempo apenas le duró tres meses, porque por encima seguía su objetivo de seguirle aportando a la cultura de Barranquilla, pero ya con un proyecto personal.

La idea la venía hablando con su familia y amigos cercanos. Sus planes eran despegar un museo de carácter mixto, entre virtual y presencial, apenas terminara su merecido ‘descanso’.

Pero, apenas tres meses después de dar un paso al costado de la Clena, su Musa Galería de Arte, ya empezaba a tomar forma.

Fue así como integró un equipo del que hacen parte curadores de arte, desarrolladores digitales, especialistas en marketing digital y un community manager, entre otros, para empezar a trabajar con las redes sociales y desarrollar una página web que aún está en proceso.

“Todos los colaboradores trabajan online, queremos presentar de manera oficial Musa Galería de Arte con un gran evento cultural en Barranquilla, como se lo merece la ciudad”, asegura.

“Yo quería tener algo propio para ofrecer algo cultural a Barranquilla, a ese mundo que a veces es incomprendido y no cuenta con  suficiente apoyo, para hacer de la ciudad un espacio más vivible, tolerante y más sensible”, asegura.

Dijo que una de las primeras gestiones que hizo fue reunirse con las directivas de la Universidad Simón Bolívar para evaluar la posibilidad de que la Casa de la Cultura de América Latina, ‘La Perla’, fuera habilitada para las exposiciones, conciertos y algunos otros eventos de Musa Galería de Arte.

“Encontré un sí inmediato, lo que nos llena de enorme satisfacción por esta alianza valiosa”, sostuvo.

La primera exposición fue una colectiva de grabados cubanos y mexicanos, la segunda, con el artista africano, Maurice Bazungula, y la actual, con el maestro Jorge Serrano.

Los resultados han sido tan positivos, que Musa Galería de Arte ya tiene asegurada agenda hasta septiembre de 2023.

El contexto en que nos movemos –explica- es netamente cultural con recitales, conciertos, visitas guiadas y talleres, para el efecto formativo a fin de apreciar y fortalecer el arte. Ese es un capital social valioso para entregar a la ciudad.

“La cultura forma parte del alma de las ciudades, es viva, dinámica y no podemos prescindir de ella. El día en que la cultura se duerma del todo, ese día dejamos de ser ciudad”, asegura, al destacar el renacer el sector en Barranquilla.

Pone de ejemplo las obras de recuperación de la sede de la Escuela de Bellas Artes y del mismo Teatro Amira de la Rosa, que aunque lento, va avanzando.

“Este despertar de ‘La Perla’, el edificio de la Aduana, que siempre ha estado presente, y la misma tarea que está haciendo la Escuela Distrital de Arte, es clave en esta nueva etapa. De la mano del sector privado”.

Esta comunicadora social con especialización en desarrollo organizacional y una, con maestría en proyectos de desarrollo social que homologó en la Universidad La Sorbona de París, confiesa que está feliz en esta nueva etapa.

“Estoy agradecida con Dios porque me puso en este espacio cultural con el que le estamos apostando a la cultura de Barranquilla”, puntualiza.