Halloween: el misterio que encierran algunos lugares de Barranquilla
Mitos y leyendas urbanas se han tenido en la ciudad por muchas décadas que afloran en este día.
Halloween significa ‘All hallow’s eve’. Es una expresión que se refiere a la noche del 31 de octubre, día previo a la fiesta de todos los santos.
Sin embargo, la antigua costumbre le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, brujas y fantasmas.
La creencia decía que esa noche los muertos volvían para apoderarse del alma de los vivos, por eso el uso de las máscaras, pues con éstas se podía asustar a los malos espíritus.
A partir de esta celebración cada año en varias ciudades del mundo se han venido tejiendo historias llenas de misterio y suspenso.
Una de ellas es en Barranquilla donde durante décadas sus habitantes han contado un sinnúmero de leyendas urbanas sobre almas en pena de niños, ancianos, animales y hasta duendes, que según testigos “espantan” a las personas en el silencio de la madrugada.
Estos mismos mitos y leyendas urbanas son los que alimentan cada año las fiestas de Halloween, aunque estas no tengan origen en Colombia, diferentes lugares de Barranquilla son reconocidos por “estar embrujados”.
Eso bien lo sabe el periodista en temas paranormales Johnny Insignares, quien se ha dedicado a estudiar y localizar estas historias urbanas escribiendo tres libros entorno al tema: ‘Fantasmas del centro’ y ‘Fantasmas de Barranquilla’ son dos de esos libros.
Las historias más conocidas, que son más de 50, asegura Johnny, al parecer nacieron de sucesos de la vida real, que se “transportaron a un universo paralelo y espiritual”.
“Creo que la celebración se bajó mucho a finales de los 90 cuando empezaron a satanizar la festividad. Cada año esta fecha toma fuerza en Barranquilla pues este día las personas cuentan o escuchan relatos de miedo que han marcado algunos sectores en la ciudad”, indicó.
“Son situaciones que ocurrieron en la vida de una persona que ya no está, pero que por lo grave que fueron los sucesos, quedaron en las mentes, convirtiéndose en un relato paranormal”, reiteró Insignares.
Según el periodista los fantasmas no existen, pero de que los hay los hay, y varios han sido vistos en lugares de Barranquilla.
“Cuando se habla de fantasmas, hay como unas tres cosas y muy conocidas. Uno es el Castillo de La Alboraya, en el barrio, la gente ha vivido con una leyenda del famoso jinete o el galopar de ese caballo, cuando entra la madrugada. Lo más interesante es que es un misterio viene de la oralidad de los mismos vecinos. Muchos aseguran que de niños o de adultos en la madrugada escuchan un caballo”, dijo.
Otra de las leyendas urbanas es el cementerio Calancala donde muchos acuden a la primera tumba que tuvo el lugar, la de Sabina Atilano. A ella le piden favores y le llevan flores todos los días. Varios testigos han visto salir de los árboles bolas de fuego y brujas.
Si de clínicas u hospitales se habla, está el Hospital General Barranquilla. Esta antigua edificación tiene fantasma propio. Se trata de una monja que cruza los corredores del área de maternidad. Médicos y enfermeras evaden el turno nocturno para no encontrarse con la aparición, indicó el periodista.
¿Hay fantasmas en el barrio El Prado?
Johnny Insignares explicó como un lugar tan emblemático para la ciudad encierra tanto misterio en algunas de sus casas.
“Ha sido la zona en la que he vivido toda mi vida. Lo que me parece llamativo es toda la actividad paranormal que hoy guardan muchas de estas mansiones de las cuales hasta el momento no he vivido, pero sí varias personas me cuentan lo que les ha sucedido”.
Dentro del barrio, hay un espacio famoso que dio lugar a sucesos paranormales: La Mansión Yidi donde hoy funciona la sede central de la empresa Triple A.
Esta edificación en 1927 ha pasado por tres familias, de la que se dice es una de las casas con mayor actividad paranormal en El Prado, y que ha llamado la atención de varios investigadores.
Testimonios de secretarias, vigilantes y trabajadores de la casa han asegurado que sienten, escuchan y hasta han visto al dueño de la mansión: Emilio Yidi, un inmigrante palestino fundador de una industria de cremalleras, que vivió aquí con sus ocho hijos hasta que murió.
Estos son algunos de los misterios que encierran varios lugares de Barranquilla.