“Estamos muy honrados en recibir este reconocimiento a mi padre Pedro Biava”: Miguel Biava
El destacado músico italiano que hizo su carrera en Barranquilla será homenajeado por la Gobernación del Atlántico, Alcaldía Distrital y demás entidades culturales de la ciudad.
El músico Miguel Biava aún recuerda la presencia de su padre tocando en el piano los acordes de una antigua pieza musical que su progenitor le compuso a su madre. “Dicen que con este tema ambos se enamoraron”, evocó.
Miguel es uno de los seis hijos del maestro y compositor clásico Pedro Biava, quien siguió los pasos de su padre y mantiene su legado vivo en la ciudad.
Próximamente el maestro Pedro Biava será objeto de múltiples homenajes por parte de diversas entidades culturales que recordarán su memoria y el legado cultural que dejó en la ciudad.
“Nuestro padre luchó incansablemente por la música en Barranquilla, primero creando la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico y luego la Orquesta Filarmónica de Barranquilla”, destacó Miguel.
Orígenes del maestro Biava
Nació en Roma, Italia, en 1902. Fue músico de la Orquesta Sinfónica de París y estudiante del Conservatorio de Santa Cecilia, donde estudió clarinete, composición y dirección desde 1911. Luego de servir como músico en un batallón de infantería en Italia y emigró en 1926 hacia Colombia.
“Antes de establecerse en Colombia vivió en Panamá y luego llegó a vivir a Barranquilla donde conoció a nuestra madre de quien se enamoró y se terminó quedándose en la ciudad”, contó su hijo.
Con su tenacidad en el campo cultural de Barranquilla fue el primero en crear una ópera totalmente compuesta e interpretada por artistas y músicos locales.
“Mi padre fue uno de los pioneros en promover la ópera en la ciudad que en aquella época se presentaba en el Teatro Apolo que era el antiguo Cine Metro”, recordó Miguel.
Una vida musical
El maestro Biava fue fundador, junto a Julio Enrique Blanco, de la Escuela de Bellas Artes, hoy conocida como Facultad de Bellas Artes.
El compositor desde 1943 lideró la Orquesta Filarmónica, la Compañía de Ópera y el Cuarteto de Cuerdas del conservatorio de la ciudad.
Entre las piezas que compuso en la ciudad están ‘Intermezzo para orquesta’ en 1933, ‘Motivos Colombianos’, fantasía orquestal, ‘Preludio para Orquesta’ en 1933, ‘Las Siete Palabras de Cristo’, oratorio en 1934, ‘Serenate d'Amore’ para flauta, clarinete, trompeta, violín, cello y contrabajo, ‘Volveremos’ para flauta, ‘Klarinettem’ saxofón, trompeta, violín y contrabajo, ‘Trío para violín, viola y violonchelo’ en 1934, ‘Anapesto’ para Cuarteto de Cuerdas 1933, ‘Cuarteto de cuerda núm. 1 y no. 2’, ‘Reverie’ en 1955, ‘Divertimento para Cuarteto de Maderas’ en 1933, ‘Sexteto para arpa y quinteto de cuerdas’, ‘Misa para coro mixto’, ‘Réquiem para coro mixto’, entre otras obras clásicas.
También dirigió entre 1953 y 1959 la Banda Departamental del Atlántico, con la cual recibió el Primer Premio de Composición en el Concurso Fabricato con su obra ‘Fantasías’. Su hijo Miguel destaca que el legado de su padre prevalecerá en los numerosos alumnos en los cuales sembró su semilla musical con su particular pedagogía.
“Entre sus alumnos estuvieron los músicos Lucho Bermúdez, Pacho Galán y Antonio María Peñaloza quienes aprendieron de mi padre”.
El maestro Biava entregó su talento y arreglos a uno de los emblemas de la ciudad, como lo es el Himno de Barranquilla.
Estuvo casado con Mercedes Sosa, con quien tuvo 6 hijos, 5 de ellos que se encaminaron por la música también como son Luis, Pedro, Miguel, Lucía y Constantino, y Carlos. El maestro Biava falleció en 1972 dejando una gran huella en Barranquilla.
“Mi padre hizo que nuestro apellido en Barranquilla estuviera para siempre relacionado a la música y que esta herencia quedara como legado en nuestros hijos y nietos”, concluyó Miguel.