En medio de la fantasía, el brillo y las lentejuelas que se toman la Vía 40 llegó bailando el Rey Momo, Gabriel Marriaga, junto a algunas parejas de su cumbiamba. 

El brillo en sus ojos demostraba la felicidad que sentía al estar una vez más en el Cumbiódromo donde ha desfilado por más de 30 años. 

Luciendo un atuendo plateado, el Rey Momo no desaprovechó ningún momento y se acercó a cada uno de los espectadores que gritaban su nombre. 

Gabriel Marriaga esta tarde en la Gran Parada de Comparsas hizo un homenaje a la vida con su vestido diseñado por los estudiantes de la Escuela Distrital de Arte (EDA).