El padre Antonio y el monaguillo Andrés: El homenaje de Rubén Blades a Óscar Romero
La composición que narra la trágica historia del hoy santo salvadoreño.
La pluma magistral el panameño Rubén Blades llevó a la salsa la trágica historia del padre salvadoreño Óscar Arnulfo Romero.
Un homenaje más que merecido para quien se destacó, desde sus homilías, por la defensa de los derechos humanos, convirtiéndose en un duro crítico de la violencia política que para entonces azotaba a su país.
En su composición, Rubén Blades hace un relato de un padre español (Antonio Tejeira) “que no funcionaba en el Vaticano” y que llegó a un pueblito para “dar su sermón” para los que busquen la salvación.
En paralelo, Blades acompaña la historia de Óscar Arnulfo Romero con la de un niño de diez años, Andrés, designado monaguillo en la iglesia.
En la canción el artista panameño narra los últimos momentos del padre Antonio y el monaguillo Andrés. Fue la tarde del domingo 24 de marzo cuando “en medio de un padre nuestro entró el matador y sin confesar su culpa le disparó”.
“Antonio cayó, ostia en mano y sin saber por qué, Andrés se murió a su lado sin conocer a Pelé y entre el grito y la sorpresa, agonizando otra vez, estaba el Cristo de palo clavado a la pared”, relata Blades en la canción grabada con Los Seis del Solar en la producción “Buscando América”.
Quince días antes de su muerte había sido neutralizado un primer atentado contra Óscar Arnulfo Romero. Y 31 años después del crimen se pudo establecer la autoría material del hecho, en manos de Marino Samayor Acosta, un sargento de la desaparecida Guardia Nacional y que además estaba al servicio de Roberto dAubisson, creador de los escuadrones de la muerte y del partido político Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
DAubisson fue responsabilizado como el autor intelectual del homicidio y, paradójcamente, una hermana suya, opositora a sus actos, fue quien encabezó la iniciativa para beatificar a Óscar Arnulfo Romero.
"Matarán a la gente pero jamás podrán matar a las Ideas, o a la Justicia. ¡Oscar Arnulfo Romero Vive!", comentó Rubén Blades hoy en las redes sociales.
Hoy, cuando el Papa Francisco ha proclamado Santo a Óscar Arnulfo Romero, vale la pena recordar la composición del artista panameño:
El Padre Antonio Tejeira vino de España
buscando nuevas promesas en estas tierras
llegó a la selva sin la esperanza de ser obispo
y entre el calor y entre los mosquitos habló de Cristo.
El padre no funcionaba en el Vaticano
entre papeles y sueños de aire acondicionado
y fue a un pueblito en medio de la nada a dar su sermón
cada semana pa' los que busquen la salvación.
El niño Andrés Eloy Pérez tiene diez años
y estudia en la elementaria "Simón Bolívar"
todavía no sabe decir el Credo correctamente
le gusta el río, jugar al fútbol y estar ausente
le han dado el puesto en la iglesia de monaguillo
a ver si la conexión compone al chiquillo
y su familia está muy orgullosa, porque a su vez se cree
que con Dios conectando a uno, conectas diez.
Suenan las campanas: un, dos, tres
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés (bis).
El padre condena la violencia
sabe por experiencia que no es la solución
les habla de amor y de justicia
de Dios da la noticia vibrando en su sermón.
Suenan las campanas: un, dos, tres
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés (bis)
Al padre lo halló la guerra un domingo en misa
dando la comunión en mangas de camisa
en medio de un padre nuestro entró el matador
y sin confesar su culpa le disparó
Antonio cayó, ostia en mano y sin saber por qué
Andrés se murió a su lado sin conocer a Pelé
y entre el grito y la sorpresa, agonizando otra vez
estaba el Cristo de palo clavado a la pared
y nunca se supo el criminal quién fue
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
Pero suenan las campanas otra vez
por el Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
(Coros) Suenan las campanas
Tierra va a temblar
Por América
Oh Virgen señora
Quién nos salva ahora
De Antonio y Andrés
Ay oyela otra vez
Centroamericana
Por mi tierra hermana
Mira y tu verás
El mundo va a cambiar
(Coro) Suenan las campanas
Ay Ay para celebrar
Nuestra libertad
Porque un pueblo unido
No será vencido
De Antonio y Andrés
Ay súenala otra vez
Por un Cura bueno
Arnulfo Romero
De la libertad
Por América