El merenguero dominicano Wilfrido Vargas presentó este miércoles en Bogotá su libro ‘Me volviste loco, Wilfrido’, en el cual muestra a sus fans y a los lectores una faceta  diferente a la que se observa de él en los escenarios.

‘El hombre divertido’, como se titula uno de sus éxitos tomado del vallenato, aseguró que toda su vida ha llevado una "procesión" por dentro como consecuencia de algunos problemas mentales que lo atormentan desde niño, y que lo han hecho visitar a especialistas que no han logrado identificar la razón de sus males.

“He sabido disfrutar de una estabilidad anímica y emocional que me ha traído a lo que hoy se conoce como Wilfrido Vargas, activo, productivo y próspero, aunque no siempre sano por completo, sino sabiendo vivir con la pesadilla”, dijo Vargas

A pesar de esto, el libro no es una autobiografía, sino un recuento de historias del cantante en más de 50 años de carrera artística; además contiene una dosis de auto-ayuda, al ver la forma en la que un niño que sufría de déficit de atención y ansiedad se convirtió en el culpable de poner a bailar con su música a varias generaciones.

El rey del merengue, ha puesto a bailar y a cantar a varias generaciones de latinoamericanos. La gente veía en el escenario al artista alegre, pero en lo cotidiano el artista luchaba constantemente con algo a lo que no ha podido darle nombre, que le impedía dormir.

“A lo largo de mi vida he visitado a decenas de médicos, psicólogos y psiquiatras. Algunos de ellos se han vuelto amigos míos. No pocos, después de cincuenta años, me han despachado diciéndome que estoy cerca de convertirme en un profesional de la mente. Otros no pueden conmigo. Me han recetado un arsenal de pastillas: ansiolíticos, psicoestimulantes, antidepresivos, hipnóticos, estabilizadores del ánimo. Me han diagnosticado un abanico de padecimientos: ansiedad, bipolaridad, abulia, trastorno de voluntad, oscilación intensa del estado de ánimo”, confesó.

En este libro, según su reseña, el dominicano reveló su faceta más íntima y desconocida. El que escribe no es el showman, sino un hombre sensible que recuerda, gracias a una memoria prodigiosa, momentos clave de su vida; de esa aventura que lo llevó desde su natal Altamira a conquistar el mundo con canciones como El comején, El jardinero, El loco y la Luna, La medicina, Volveré, entre muchas otras.